viernes, 13 de mayo de 2016

Con ojos americanos. Informe MacGregor, de Carme Riera



Título: Con ojos americanos. Informe MacGregor. (título original: Amb ulls americans)
Autor: Carme Riera
Publicado: original (Amb ulls americans), 2009 por Editorial Proa, col·lecció A tot vent. En castellano, 2009, por Ediciones B, S.A., para el sello Bruguera Narrativa
Calificación:(3)



“La Barcelona de los Forestier tenía poco que ver con la que me había enseñado mi ex, siempre con el miedo a ser reconocido, o con la que había descubierto en mis paseos solitarios. La de Puigdevall era de zulo adentro, una Barcelona de letra impresa y vídeo, la misma que yo hubiera podido conocer desde Estados Unidos, a base de lectura y conexión a Internet. Una Barcelona, por un lado, virtual y, por otro, sólo entrevista a través de una especie de burka. La mía, la Barcelona de mis paseos mañaneros, cuando me escapaba del sótano, era una ciudad de fachadas y desconocidos, de modernismo del Quadrat d’Or y tiendas lujosas en la zona noble, donde campaba a sus anchas la raza amarilla, que, a partir de la fea y desabrida plaza de Cataluña, en parte ocupada por negros desarraigados y borrachos nocturnos cuyos vómitos y meados se secaban al sol de la mañana, se convertía en otra bien distinta. Ramblas abajo era una ciudad de guiris, como yo, a cuyo reclamo habían surgido bares iguales a otros bares y variados hombres estatua, la muerte con guadaña en bicicleta, Flora, Tutankamon, Charlot; tullidos, que exhibían sus miserias frente a las tiendas de souvenirs regentadas por paquistaníes, y viejas prostitutas que ocupaban las esquinas de las calles adyacentes a la estatua de Pitarra. Sólo al final de la Rambla, junto a Colón, la ciudad parecía respirar, sin agobios y a pleno pulmón, el aire del mar. Pero esa Barcelona se parecía muy poco a la que después conocí y en la que gracias a los Forestier pude penetrar, y nunca mejor dicho. Era la Barcelona de toda la vida, como decían ellos, poco bullanguera, reservada, en cuyas casas, casi tan acolchadas como sus cajas fuertes, los pasos quedaban siempre amortiguados por las alfombras de importación, compradas en tiendas de antigüedades o en el extranjero, y la vista dudaba si pararse a contemplar un Picasso de la época azul o un cometa de Miró, una gitana de Novell o una antepasada pintada por Casas, que pendían de las paredes, obras de arte valiosísimas a las que, en apariencia, nadie hacía caso. Comprendí hasta qué punto el silencio, la tranquilidad y la discreción sólo pueden ser, en buena medida, patrimonio de los ricos. Sus negocios, transacciones, compras e inversiones quedan lejos del bullicio en que viven inmersos los pobres o son los administradores, testaferros, apoderados o sicarios quienes se encargan de llevarlos a cabo. En la zona de Pedralbes se oían los pájaros, el aire era limpio, todos, criados incluidos, nos duchábamos y aseábamos cada mañana y nos lavábamos las manos al regresar de la calle…”



Imaginaos por un momento que una nave espacial viniera de una galaxia remota, y de pronto, aterrizara en el planeta y, además de conocer la rareza de la especie humana, aterrizara en un lugar como Catalunya (o, por ende, España). Pues poner a un americano viene a ser lo mismo: ni saben dónde ni que es Catalunya, poco menos conocen España, que, a preguntas de muchos, situarían a la altura de México o de Colombia, ni mucho menos conocen ni costumbres ni tradiciones, y solo asocian con imágenes de toreros, flamencas y olé. Y que conocen Barcelona sólo a expensas de la fama que nos dieron los Juegos Olímpicos de 1992. Total, como un extraterrestre.

A partir de este punto surge el Informe MacGregor, la visión de Catalunya con ojos americanos es una especie de relato satírico que el protagonista, George MacGregor hace de Barcelona, por ende de Catalunya, y más allá, de sus realidades diversas y confrontadas, hecho desde una perspectiva irónica e hilarante, con todos los acontecimientos que a este americano, joven periodista, le van sucediendo desde que acepta viajar a Barcelona, por una beca ofrecida por un asesor del Ayuntamiento de Barcelona, en visita oficial a Nueva York, hasta su marcha al final del relato. Sin duda, un constante “descojone” desde el inicio al fin, una visión crítica de nuestra sociedad y de nuestra clase política, de la hipocresía, de la corrupción, de las bajezas morales, de la picaresca, pretendiendo hacerse desde una visión foránea, que lleva a la autora, Carme Riera, a cuestionar y poner un punto crítico a ciertos estereotipos del nacionalismo catalán y español, y lo hace, además, contemporaneizando al protagonista con los hechos de estos últimos años, antes del auge del independentismo de los últimos cinco: la etapa post-Pujol, la etapa Maragall, la etapa Montilla, la etapa Zapatero, el català emprenyat que, finalmente, ha desembocado en la situación política actual…

De aquí surge un relato, divertido y fresco, como quien realmente redacta un informe muy “informal”, con el que Carme Riera hace divertir a sus lectores, pero sin ser ésta, precisamente, una de sus mejores obras. Yo recomiendo su lectura, porque, eso sí, me lo he pasado en grande leyéndolo.

No os perdáis, sobre todo, las descripciones de las personas: alguna os sonará, como la que hace de un alcalde de Barcelona que metía la pata por doquier y que, después la siguió metiendo hasta el fondo de ministro y que acabó de embajador en no sé qué país del Oriente Medio (no sé porque me recuerda a aquel que bailó con Carlinhos Brown, jajajaja, que gran alcalde Joan Clos…). A algunos los nombra directamente, a otros personajes los camufla, pero reconoceréis a más de uno, y sobre todo, reconoceréis que, en el fondo, poco han cambiado las cosas, a pesar de estos últimos años de auge del independentismo.

Apunte final: Carme Riera i Guilera, nacida en Palma de Mallorca en 1968, es escritora (en catalán y castellano) y catedrática de Literatura Española y miembro de la Real Academia Española desde 2012, y ganadora de innumerables premios literarios, entre los que destaca el Prudenci Bertrana de 1980, el Ramon Llull de novela en 1989, Premi Nacional de Literatura en 2001, Creu de Sant Jordi en el 2000, y Premio Nacional de las Letras Españolas en 2015. Entre sus obras, aparte de Con ojos americanos, destacan desde su primera, en 1975, Te deix amor, la mar com a penyora hasta su última publicación en 2015, La veu de la sirena, alrededor de veinte obras, como las premiadas Joc de miralls, Dins el darrer blau, Cap al cel obert, La meïtat de l'anima, entre otras, que hacen de esta escritora una de las más importantes en lengua catalana.