miércoles, 24 de julio de 2013

Ànims, Tito / Ánimo, Tito


A pesar de que éste no es un blog deportivo, hay hechos, cosas, que trascienden y rebasan lo deportivo, para ser hechos o cosas que pueden alcanzar la dimensión social o personal que, sin ninguna duda, hacen que haya personas que destaquen sin que por ello sean o están por encima de las demás, sino por dar un ejemplo de personas íntegras.

Dejando de lado otras dimensiones de las que se ha hablado estos días sobre –ismos, y declaraciones de un lado y otro, tirándose o, más bien, arrojándose la enfermedad de Tito Vilanova, como si fuera un objeto arrojadizo, y viendo como el sufrimiento de una persona puede provocar declaraciones encontradas entre un ego superfluo y los –ismos presididos sobre todo por uno, el egoísmo, que es el que ha primado en toda la polémica encendida por las declaraciones de Josep Guardiola por un lado, y la directiva del Fútbol Club Barcelona por otro, nos hemos encontrado con una persona íntegra, humilde, trabajadora, que sólo habla de aquello que le apasiona sin estar por encima de nadie, sin creerse un dios sobre la hierba, que es el fútbol, el cual, como dice el publicista Risto Mejide, va a jugar el
partido más importante de toda su vida, el partido contra la enfermedad que le acecha desde el año 2011, el cáncer.

Vilanova se ha erigido en un personaje, como también lo ha sido Abidal, o tantos otros que, con su ejemplo de lucha contra la enfermedad, representa un modelo para todos aquellos que como ellos sufren el cáncer o cualquier enfermedad de difícil curación, por su valentía, por su arrojo, pero también por su integridad y su humildad. Tito Vilanova, Eric Abidal, tantos otros que sufren la enfermedad, son ejemplos de superación y lucha contra ella.
Por eso, su recaída en la enfermedad vuelve a dar una dimensión de lucha e intento de superación que muchos deberíamos considerar, por lo que deseamos a Tito una prontísima recuperación, y que su próximo partido sea en la cancha, allí donde Vilanova es un maestro. Y que sea, y por muchos años, ese ejemplo de superación que todos esperamos contra la enfermedad, como igual esperamos de todos aquellos que, a diario, luchan contra el cáncer o contra cualquier otra enfermedad maligna…
ÀNIMS TITO. ÁNIMO TITO. QUE TU LUCHA Y SUPERACIÓN SEA EJEMPLO PARA TODOS AQUELLOS QUE COMO TÚ SUFREN LA ENFERMEDAD. QUE TU RECUPERACIÓN ILUMINE LA VIDA. QUE PRONTO NOS PUEDAS ILUSTRAR, DE NUEVO, EN LA HIERBA DE LOS ESTADIOS TU SABIDURÍA Y TU MAESTRÍA EN EL DEPORTE. SUERTE.

domingo, 14 de julio de 2013

Impunidad, de Andreu Martín Farrero y Verónica Vila-San-Juan


"Porque ya estaba harta; harta de asistir a abominaciones en su trabajo del juzgado, en la vida de barrio, en la tele y en la prensa escrita. Harta de que todos los días entraran en el juzgado maltratadores, asesinos o violadores, individuos aberrantes que veían a las mujeres como animales domésticos; peor, como objetos de usar y tirar; peor, como cacharros odiosos y desechables, y ponían cara de asombro cuando alguien sugería que tal vez sus compañeras fueran personas con los mismos derechos que ellos.
Y ya iban cuarenta y cuatro casos en lo que llevaban de año, y cuarenta y cinco, y cincuenta, y ya eran 11400 hombres registrados por la Protección de las Víctimas de la Violencia Doméstica, y ochenta sentencias habían sido tildadas de machistas, benevolentes con el maltratador. El titular de aquel juzgado penal de Barcelona que consideró que no debía condenar a un hombre porque el perfil de su compañera no se correspondía con el de la mujer maltratada, puesto que vestía a la moda y, además, llevaba anillos, curiosos pendientes y grandes gafas de sol. El 50 por ciento de los maltratadores condenados no pisan una cárcel.
El día en que Cándida se encontró ante el televisor con un boleto de la Primitiva entre los dedos, ese día en que todo cambió, en que se convirtió en otra persona, ese día, Cándida enmudeció. Fue consciente de que las protestas, los llantos, las reivindicaciones y los largos discursos no habían servido, ni servirían para nada."
Impunidad, sí. La impunidad con la que salen muchos maltratadores de los juzgados. Hace años, cuando empecé a tener uso de razón, recuerdo una conversación que mi madre tenía con una vecina de urbanización de fin de semana. Ésta le decía a mi madre que su marido algunas veces le pegaba, y seguidamente lo disculpaba diciendo que quizás se lo merecía, por no haber hecho esto o aquello. Recuerdo la cara de mi madre y su respuesta, diciéndole que cómo se lo permitía, que no le debía pegar por ningún motivo. Entonces, en aquellos años, el maltrato existía pero casi nadie lo denunciaba. La excusa: a los hombres nos han educado para estar por encima de la mujer y son objeto de nuestro dominio. Y así, basándose en ese razonamiento, este tema estuvo escondido, como si no existiera, como si formara parte de nuestro ADN. Incluso, en el franquismo, la Sección Femenina educaba a la mujer en ese papel pasivo y sometido, forjando una sociedad totalmente machista, en el que la mujer ocupaba un papel totalmente secundario y doméstico respecto del hombre. Posteriormente, se inició, sobre todo, con la llegada de la democracia, una paulatina reivindicación de la liberación de la mujer, y se promueve, sobre todo, en los años noventa y a principios del siglo XXI la ley de Igualdad de Género por el gobierno de Zapatero, que sitúa las cosas en su sitio, al menos, a nivel legal. A nivel social, las cosas han cambiado también. El tradicional papel sometido de la mujer se transforma con la llegada al mercado de trabajo, y la mujer alcanza cotas importantes pero aún, ni siquiera, en valores significativos, en cuota de poder y de igualdad. Pero aún existe demasiado poso machista en nuestra sociedad, que hace que exista aún esa sensación de que, en demasiadas ocasiones, parezca que nada haya cambiado. Una de esas cosas es el maltrato y la violencia de género, un fenómeno aún demasiado extendido y preocupante, que a partir de principios del siglo XXI, sigue siendo una lacra y sigue siendo un motivo de preocupación de las autoridades. Cada año se producen miles de denuncias y decenas de asesinatos por violencia doméstica, y a pesar de todo el esfuerzo que se vuelca en este sentido, no parece tener un final, ni siquiera a esbozarse. Y la solución parece también aún lejana. El machismo sigue siendo un problema y muchos hombres aún no tienen claro que la igualdad es un hecho, y creen que aún tienen derecho de dominio sobre la mujer.
Todo esto forma parte de la temática tratada en este libro que hoy os recomiendo, Impunidad, de los autores Andreu Martín Farrero, autor de numerosas novelas del género policíaco, y de Verónica Vila-San-Juan, editado por Planeta Fábula en el año 2005.
Hay una frase en el libro que dice "La gente que manda de verdad no necesita recurrir a la fuerza. El que usa la fuerza es que está asustado, se siente débil, sin razones que defender, o sea, sin razón". Y esto me recordó a aquel episodio de mi madre con mi vecina de urbanización. Pegar, usar la fuerza, es demostrar que no hay razón, que la única manera de defender una posición es levantar la mano o usar el puño, o sea, no tener motivos. Pegar por pegar, no razonar. Esto es terrible. Siempre es mejor el uso de la palabra, no de la fuerza. La fuerza bruta no sirve para nada. Sólo para crear miedo y sometimiento. Esto es aplicable al maltrato, como a muchas otras cosas.
La trama del relato se desarrolla como dividido en dos relatos, que en realidad confluyen en uno sólo. Por una parte, Paquita Esquerdo busca a un detective, Josemaría Feu, para que busque a su exmarido maltratador, Tomás Galiano, que ha desaparecido sin dejar rastro. Por otra parte, Cándida Benito, secretaria judicial del Juzgado de lo Penal número 27 de Barcelona, la juez del cual es demasiado benévola con los maltratadores a su juicio, la cual cambia su vida cuando le toca un premio en la Primitiva, y decide hacer la obra de su vida: vengar a todas a esas mujeres maltratadas que ven a sus maridos maltratadores como salen de rositas de los juzgados. Decide someter a vejaciones a los maltratadores, capturándolos y enjaulándolos como animales. Todo esto confluye en una sola historia, cuando se cruzan ambos relatos. El relato es ameno, a veces con un humor negro bastante bien llevado, y es una reivindicación contra el maltrato y la violencia de género. De hecho, la novela no resultaría tan interesante si no fuera porque es un alegato contra el maltrato y la violencia de género, como he comentado antes uno de los más importantes problemas de la sociedad española actual. Os lo recomiendo, es brutal el relato, y muestra el cómo, cuándo y dónde de este problema.
Por último, quiero dejar en el blog el número de teléfono que el Gobierno ha habilitado para la Lucha contra la Violencia de Género: 016.


Io non ho paura, de Niccolò Ammaniti


"Quell'anno il grano era alto. A fine primavera aveva piovuto tanto, e a metà giugno le piante erano più rigogliose che mai. Crescevano fitte, cariche di spighe, pronte per essere raccolte.
Ogni cosa era coperta di grano. Le colline, basse, si susseguivano come onde di un oceano dorato. Fino in fondo all'orizzonte grano, cielo, grilli, sole e caldo.
Non avevo idea di quanto faceva caldo, uno a nuove anni. Di gradi centigradi se ne intende poco, ma sapevo che non era normale.
Quella maledetta estate del 1978 è rimasta famosa come una delle più calde del secolo. Il calore entrava nelle pietre, sbriciolava la terra, bruciava le piante e uccideva le bestie, infuocava le case. Quando prendevi i pomodori nell'orto, erano senza succo e le zucchine piccole e dure. Il sole ti levava il respiro, la forza, la voglia di giocare, tutto. E la notte si schiattava uguale.
Ad Acqua Traverse gli adulti non uscivano di casa prima delle sei di sera. Si tappavano dentro, con le persiane chiuse. Solo noi ci avventuravamo nella campagna rovente e abbandonata.
Mia sorella Maria aveva cinque anni e mi seguiva con l'ostinazione di un bastardino tirato fuori da un canile.
'Voglio fare quello che fai tu?', diceva sempre. Mamma le dava ragione. 'Sei o non sei il fratello maggiore?' E non c'erano santi, mi toccava portarmela dietro. Nessuno si era fermato ad aiutarla. Normale, era una gara."
Una gara, una carrera, éste es el inicio de un relato hecho por un niño. Verano caluroso de 1978, vacaciones para los niños. Una carrera entre seis amigos, deriva en una intriga, que tiene el miedo infantil como hilo conductor. El paso de la infancia a la adolescencia, acelerado por un hecho que marca a uno de esos amigos. El escenario, un enorme e intrigante campo de grano a punto de su cosecha, y Acqua Traverse, una pequeña aldea perdida entre el grano, en la que todos los adultos guardan un terrible secreto, que solo Michele Ammitrano, de nueve años, descubre, tras perder una carrera con sus amigos, por querer esperar a su hermana pequeña, y que cambiará por completo su vida.
La historia de esta intriga, que es la de la superación de los miedos infantiles, la superación de las viejas historias que aterrorizan a los niños, el escenario, los diferentes personajes, una casa abandonada, el desenlace de la carrera, la gara, un agujero, la historia de un rapto y su abrupto desenlace final, marcan un relato que vale la pena leer, y de la que recomiendo su lectura. Io non ho paura, publicado por Einaudi en 2001, tiene también su traducción al castellano como No tengo miedo, publicado por Anagrama en 2011. Un relato que combina un lenguaje sencillo con un relato con la descripción de escenario, personajes y acciones de una forma cuidadosa y con un lenguaje infantil, explicando el paso de la infancia a la adolescencia, la fuerza de la amistad y la superación de los miedos a lo desconocido, a la oscuridad, a los monstruos, y ese paso a una infancia ya preadolescente que ya los ha superado. El valor y el coraje ante la paura, el vencer a la sinrazón de esos miedos infantiles, la valentía, frente a éstos y el enfrentamiento a los adultos, para llegar al valor más importante: el de la amistad.
Niccolò Ammaniti, nacido en Roma en 1966, es uno de los autores italianos actuales más leídos. Ha escrito novelas como Branchie (1994), Fango (1996) y Ti prendo e ti porto via (1999), entre otros, algunos de ellos llevados al cine, como la novela que hoy os he recomendado. Sus libros han sido traducidos a numerosos idiomas, como el francés, el alemán, el castellano, el griego, el ruso, el polaco y el catalán.


Gianrico Carofiglio. Ad occhi chiusi.


"En la boxa sempre ens havien dit que no tanquéssim mai els ulls. A l'hora d'atacar i encara més a l'hora de defensar. Calia no perdre mai el control de la situació. Veure allò que feia l'adversari, percebre'n amb els ulls el moviment al moment mateix de néixer, i estar preparats per reaccionar; aturar o esquivar o contraatacar. Aquesta idea sempre m'havia tranquil·litzat molt. Ulls oberts, sempre. Associava els ulls clucs a la idea de por i els ulls oberts, banalment, a la valentia. Mirar el problema, o l'adversari, o el que sigui, de fit a fit. Una de les meves poques certeses."
Gianrico Carofiglio. Ad occhi chiusi, en italià, Sellerio Edizioni (2003). En català, A ulls clucs. Edicions 62, col·lecció El Balancí (2008)
En aquesta ocasió, us recomano, seguint l'estela dels llibres de novel·la negra, que vaig iniciar amb Márkaris i Camilleri, i de la ja tradicional recomanació de llibres d'autors italians, i si pot ser, en italià, el llibre de Gianrico Carofiglio, que és un dels autors actuals italians amb una gran projecció -hi ha qui el veu com un dels hereus literaris de Camilleri en els gialli (les novel·les policíaques)-, tot i que el seu llenguatge més judicial que policial el diferencien d'aquest. Carofiglio, nascut a Bari al 1961, magistrat de professió fa servir un llenguatge més proper als jutjats que a les comissaries, i això es nota al anar rellegint les línies de les seves novel·les, sent un dels seus majors referents Testimone inconsapevole (2002).
En una sàvia barreja de petites històries, l'advocat Guido Guerrieri ens introdueix dins el difús sistema judicial italià, i ens explica, en al seu relat principal, una història de maltractaments, en la que es barregen temes com el tràfic d'influències, però on també hi passen altres històries, com la vida més personal de l'advocat, la mort d'un dels seus millors amics de joventut, la marxa de la fiscal Mantovani, amiga seva, o la coneixença de la història personal d'assetjament a la infància de sor Clàudia, una de les protagonistes, i amb una apassionada afició per la música. La història de maltractaments entre el Gianluca Scianatico, fill d'un important magistrat de Bari, i l'assetjada Martina Fumai, i tot el procés judicial, deriva en un brusc i inesperat final que no us heu de perdre.
Una de les coses que m'ha semblat més interessant, i que reprodueixo a continuació, és la definició d'assetjador que l'autor diu que l'advocat ha llegit en un manual de criminologia del FBI, i del qual he tret vàries idees per properes entrades al blog sobre assetjament i maltractaments.
Definició d'assetjador:
"Eren fotocòpies d'un llibre de criminologia d'un psiquiatra americà. Parlava d'una varietat de criminal amb qui jo no m'havia topat mai en tota la carrera. O potser sí, però sense saber-ho: l'stalker, l'assetjador.
A les primeres pàgines l'autor citava lleis americanes, nombrosos estudis i el manual de classificació criminal de l'FBI, per descriure la figura de l'assetjador com 'un depredador que empaita furtivament i obstinadament una víctima seguint un criteri específic i que adopta una conducta tendent a provocar-li aflicció emotiva, així com el temor de rebre mort o lesions físiques; o bé que adopta una conducta continuada, voluntària i premeditada consistent a seguir i importunar una altra persona'.
En essència, explicava l'autor, l'assetjament és una forma de terrorisme contra un sol individu amb l'objectiu de dominar-lo. És un delicte sovint invisible fins que no es produeix l'esclat de violència, que pot arribar a ser homicida. Aleshores normalment hi intervé la policia; aleshores, normalment, ja és massa tard.
El llibre continuava explicant que molts homes pertanyents a aquesta categoria oculten la seva dependència sota una imatge hipermasculina, estereotipada, i es comporten de manera agressiva, cíclicament, envers les dones.
Molts assetjadors d'aquesta espècie han patit traumes durant la infantesa. La mort d'un dels progenitors, abusos sexuals, maltractaments físics o psicològics, etcètera. En resum, els stalkers solen estar marcats per un desequilibri afectiu resultat de situacions de la infància que han torbat la seva vida de relació. Són incapaços de viure el dolor de manera normal i de resignar-se a haver d'encetar una altra relació. Sovint la ràbia per ser abandonats és una defensa contra la revifalla del dolor i la humiliació intolerables causats per rebutjos soferts en la infantesa, que s'afegirien així a la pèrdua més recent.
L'autor explicava que és difícil fer-se càrrec de la intensitat de la por i el desconsol que experimenten les víctimes. L'horror és tan intens i constant que sovint s'escapa de la comprensió de qui no el pateix.
Hi havia un fragment subratllat amb retolador fluorescent: 'A mesura que el terrorisme s'intensifica la vida del/la perseguit/ida esdevé una presó. La víctima passa tan de pressa com pot del recer protector del domicili al del lloc de feina i viceversa, igual que el detingut és traslladat d'una cel·la a una altra. Però sovint ni tan sols el lloc de treball és un refugi. Algunes víctimes estan tan espantades que no surten de casa, viuen confinades i soles, espiant el món des de darrere de les persianes abaixades'."