martes, 19 de marzo de 2013

El Geonauta: Memoria bajo el agua/Memòria sota l’aigua


En esta entrada el Geonauta rinde homenaje a una de las muchas poblaciones que, tras la construcción de un pantano, queda bajo el agua, quedando en la memoria, en la retina de los suyos, el recuerdo de su viejo pueblo, sepultado bajo las aguas. Podríamos hablar de tantos, desde Sant Romà de Sau, la Baélls o la más reciente Tiurana, sepultada bajo las aguas del embalse de Rialb, pero mi memoria me lleva a un pueblo conocido por mi, y que además se ha hecho famoso mundialmente, gracias a las novelas de Jesús Moncada, autor de títulos como Camí de Sirga, Estremida memoria, El café de la granota o Calaveres atònites, entre otros. Se trata de Mequinenza, un pueblo de Aragón, en el límite con Catalunya, en donde se habla un dialecto del catalán, el miquerensà o mequinenzano, y donde tengo parte lejana de mi familia materna.
Que recuerdos tengo yo de Mequinenza. Los recuerdos de la casa de la tía Antonieta, subiendo por las escaleras de su casa, con un olor de conservas de fruta y de orejones de albaricoque, en su casa nueva, en el pueblo nuevo. Desde pequeño me cautivó ese pueblo, hecho totalmente de nueva planta, para ubicar a los habitantes del Poble Vell, inundado en gran parte por las aguas del pantano de Riba-roja, por las aguas del Ebro, que por esas tierras une sus aguas al Cinca y al Segre, en esa zona denominada Aiguabarreig, una zona natural de alto valor ecológico, justo en donde los tres ríos se unen, y se conforma uno de los puntos donde se concentra mayor cantidad de agua fluvial en España, y la más importante de la cuenca mediterránea peninsular. Llegas a Mequinenza, y te topas con una población de planta ordenada y sin nombres de calles, sino nombradas con letras y números. La tía Antonieta vivía en la calle G, cerca de la plaza del Ayuntamiento. Recuerdo de su casa una gran foto en donde salía una gran estampa del Poble Vell, ese pueblo viejo que tanto ha retratado en sus novelas Jesús Moncada, cuyo libro Camí de sirga ha sido traducido a tantos idiomas, y algunos de ellos tan lejanos, como el vietnamita o el japonés, que la memoria de este pueblo ha sido exportada alrededor del mundo. Pregunto a mi madre, que si tiene en su memoria el Poble Vell, y ella si que me habla de las casas y calles de la Mequinenza anterior a 1970, esa Mequinenza derruida e inundada por las aguas. Y también recuerda algo que coincide con mi memoria: el olor de conservas y orejones, que colgaban en los graneros de las casas viejas. Me habla de las plazas porticadas, de la plaza de Armas, del Bar Sport, entre tantas cosas y otras anécdotas que puede explicar de ese pueblo. Ahora, a continuación, voy a volcar algún retazo de Camí de Sirga, en el cual se destacan detalles importantes sobre como Mequinenza, el Poble Vell, sucumbió bajo las aguas.



 

"Els primers rumors provocaren un cert enrenou –recordava el vell, aturat sobre les runes del carrer de la Muralla–, però ningú no els va prendre gaire seriosament: una tronada d'estiu sense conseqüències. Se'n parlaria uns mesos, com s'havia parlat antany altres vegades, hi hauria una mica de soroll i el terrabastall tornaria a esmorteir-se fins la propera revifalla. Tanmateix, aquell cop la predicció va resultar falsa. Els rumors es feien insistents, els diaris començaren a parlar-ne, la inquietud va créixer i, davant l'estupefacció de tothom, un dia dels carnavals del 1957, enmig de l'eufòria de balls i cercaviles, començà l'invasió.
Els camions carregats de gent forastera arribaren per la carretera de Lleida, els motors potents silenciaren l'aldarull festiu i moltes cares van esglaiar-se darrere les màscares. Els vehicles no s'aturaren a la població; van seguir un parell de quilòmetres Ebre amunt pel camí del Riber però el seu pas havia deixat un rastre d'inquietud. Les màscares van dispersar-se i la negror humitosa que succeí a un dia de boires denses en què els cargols malencònics dels vaixells havien sonat sense parar, barrejats amb els crits de les gavines enllà de les aigües fumoses dels molls, fou la primera de les nits d'angoixa que havien de jalonar el futur de la vila.
Arribaren camions durant dies i dies; el mur de l'Ebre vibrava al seu pas. El temps dels rumors havia acabat: anaven a tallar l'Ebre amb dos pantans enormes. Un d'ells, riu amunt, a poca distància de la vila; l'altre aigües avall, a Riba-roja. El segon havia de colgar Faió i la vila sota les aigües.
Recordava el desastre: màquines i gent entraven a les finques sense permís; els topògrafs s'escampaven pel terme amb els seus aparells, mesuraven cotes i alçaven plans; els obrers muntaven barraques prefabricades de fusta on entaforar-se a les vores de l'Ebre mentre la població intentava defensar-se de l'agressió brutal, calculada per crear desànim i evitar qualsevol intent de resistència.


  • Volen fer electricitat –exclamava Joanet del Pla al Cafè del Moll, tot calcant els comentaris que esclataven continuament a qualsevol punt de la vila.
  • Si, a les nostres costelles…
  • Dos pantans.
  • I nosaltres al mig.
  • Quina cabronada!
Allò era il.legal –remugava amb ràbia el calafat Forques, amollant l'argument esgrimit sense descans pels vilatans davant l'administració en queixes estèrils per aconseguir la paralització del desastre: les obres encara no havien estat aprovades pel govern. I l'Estanislau Corbera li donava mentalment la raó en els llargs insomnis que havia de patir arran d'aleshores. Però els aixafarien, no tenien res a fer. L'empresa que construïa els pantans era del mateix Estat, dels qui manaven.
(…)
Poc abans del tancament de les comportes del pantà de Riba-roja, la pluja va despenjar-se amb violència sobre la vila demolida i deserta. Les barrancades de la serra del Castell es precipitaren amb fúria sobre els molls, trencaren les amarres podrides del cementiri dels llaüts i els dispersaren. A la deriva en un Ebre furiós que havia oblidat els solcs de les quilles i la cadència de les vogades, van sotsobrar per colls i pedrets. El Verge del Carme va asclar-se enfront de l'Illa dels Tretze Sants, la proa s'encallà entre els àlbers de la vora. Quan el riu va deixar, ningú va reconéixer les restes de la nau; la rabior de la riada havia esborrat les lletres del tercer nom. El vell Neptú, avarat amb discursos, banderes i música al moll de les Vídues un dels dies esplendorosos de l'Edèn, era per sempre més una carcassa anónima de fusta morta"…

(fragmentos de Garbinada negra i Epíleg: exili sense retorn, en Camí de sirga, de Jesús Moncada)





Camí de Sirga, la lectura del cual recomiendo, evoca la historia de Mequinenza y los últimos años del pueblo viejo, que sucumbió, en su mayor parte, bajo las aguas del pantano de Riba-roja. Fayón tuvo peor suerte, y sucumbió totalmente bajo las aguas. Sus habitantes casi tuvieron que ser sacados a la fuerza por la Guardia Civil, cuando las aguas ya cubrían e inundaban sus calles, para ser recolocados en el impersonal pueblo nuevo que construyeron por encima del Ebro, de la misma manera que se construyó el nuevo Mequinenza, también impersonal, de casas prácticamente idénticas, a un par de kilómetros aguas arriba, en la ribera de las aguas del Cinca y el Segre. Al haberse novelado por Moncada, y ser una de las novelas en catalán más traducidas en tantísimos idiomas, ha hecho que Mequinenza sea reconocido. Hoy en día, Mequinenza no tiene la misma importancia que años atrás, cuando era un importante puerto fluvial y centro de una importante actividad minera, ahora precisamente amenazada por la crisis del carbón. Una villa que llegó a tener más de cinco mil habitantes y que ahora sobrepasa levemente los dos mil. Ahora, con la producción de carbón seriamente amenazada, la economía se basa, principalmente en la actividad industrial (Arbora-Ausonia, entre otras empresas) y en la actividad turística, centrada en la pesca y los deportes acuáticos, a la que se añadió hace dos años el Museo de Mequinenza, situado en las antiguas escuelas del pueblo viejo, que tiene espacios dedicados a las minas, a la naturaleza y, sobre todo, a la historia de Mequinenza y un importante espacio dedicado a Jesús Moncada (1941-2005), Premio de las Artes Aragonesas y Creu de Sant Jordi (2004), que tanto inmortalizó la población en sus novelas. El nuevo pueblo, impersonal y ordenado, se encarama a las aguas del Aiguabarreig de Cinca, Segre y Ebro, esas aguas de tan importante cantidad y caudal que provocaron la construcción de los monstruosos pantanos de Mequinenza y Riba-roja, que provocaron la muerte bajo de las aguas de los pueblos de Fayón y Mequinenza. Recomiendo una visita a estas áridas y, a la vez, húmedas tierras, y bajo el castillo, visitar esta zona de contrastes naturales, entre la sequedad monegrina y la humedad de la ribera del Aiguabarreig, de contrastes culturales, una población aragonesa de lengua catalana, y que se puede complementar con la visita a Fraga y Caspe, Fraga, aguas arriba del Cinca y Caspe, aguas arriba del Ebro, donde se puede saborear más de lo mismo, naturaleza y cultura…
Un complemento. Para más información, podéis entrar en las siguientes páginas web:

  • Una interesante galería de fotos sobre el Poble Vell en la web del Ayuntamiento, donde también encontraréis abundante información turística. www.mequinensa.com
  • También podéis encontrar abundante información y con enlaces a otras webs en la web del museo de Mequinenza. www.museomequinenza.com
  • Sobre Jesús Moncada, Camí de Sirga y sus otras obras relacionadas con Mequinenza, sobre los diversos espacios literarios en los que fundamenta su narración. www.jesusmoncada.cat

 

Foto del Poble Vell de Mequinensa/Mequinenza. Años 60.

 



 

El benasqués: un habla de frontera en los tresmiles pirenaicos


El Valle de Benasque, la Ball de Benás, es el valle de los tresmiles pirenaicos por excelencia. En el curso alto del río Ésera, afluente del Cinca, tributario del río Ebro, este valle es conocido por cuatro características básicas.
Primero, el entorno: la Ball de Benás se encuentra encerrado por las montañas más altas del Pirineo Axial: por el norte del valle, el Perdiguero (3221 m), por el oeste, el Posets (3375 m), por el este, el Aneto (3404 m), el pico más alto de los Pirineos, y la Maladeta (3308 m), al sur, Cotiella (2912 m), el Gallinero (2728 m) y el Turbón (2492 m), encierran el valle, teniendo como salida el Ésera el congosto de Ventamillo, estrecho desfiladero que parece casi labrado en la piedra. El entorno es único. Enclavado en el Parque Natural de Posets Maladeta, lleno de ibones, picos de mayor o menor accesibilidad y de fenómenos naturales como el Forau de Aigualluts (1), es el paraíso de excursionistas, escaladores y montañeros en general, que han hecho su particular "meca" de este valle pirenaico tradicionalmente aislado y dedicado a actividades relacionadas, sobre todo, con la ganadería. Todo un mundo para senderistas, las rutas son múltiples y por todos los rincones del valle.
En segundo lugar, es conocido por las actividades relacionadas con los deportes de invierno. Sin duda, la estación de esquí de Cerler/Sarllé y la de esquí nórdico de los Llanos del Hospital/Pllans del Hospital han hecho que, a parte de las actividades relacionadas con el senderismo y la escalada, haya crecido la afluencia turística, y hayan hecho del turismo la actividad económica por excelencia del valle. También para los "ícaros" modernos, en Castejón de Sos/Castillón de Sos hay una de las escuelas de parapente más importantes del Pirineo. Tal como dicen los habitantes del valle, hay tantas plazas hoteleras en Benasque y sus alrededores como las que hay en Zaragoza.
En tercer lugar, por ser el único rincón de España donde sonaba el himno de Riego (himno de la Segunda República) durante la dictadura franquista, mientras en el resto estaba prohibida. Esto tiene una explicación. Para las fiestas patronales, se realiza el tradicional Ball de Benás o Ball d'Omes, que es un baile tradicional de la villa de Benasque/Benás, que se acompaña con esta célebre música, aunque parece que el baile era típico mucho antes de que fuera el himno republicano, e incluso mucho antes del nacimiento de Riego.
Pero el motivo real de esta entrada en el blog, sin ninguna duda, es el cuarto motivo por el cual se destaca la particularidad del valle de Benasque. Es el benasqués o también llamado popularmente "patués", que podríamos denominar como un verdadero fenómeno lingüístico transicional o habla de frontera, pero con una personalidad tan fuerte y un vigor recuperado por los habitantes del valle tan importante, que le confiere una especificidad que lo convierte en un habla única.
"Ba sentí un mormor de chen ragonan. Al prensipe le ban paresé resos y no sabeba si ixas palabras que cayeban coma gotas lluen se l'eban despenchau del mon dels sueños u de berdat las diba alguno. Ba ubrí els güells y ba escultá. Per ensima de les boses, un crabero desgranaba una pinocha de cansóns. Se ba llebantá del camastro de palla. Posán la urella ya ben seguro estaba de que ragonaban al menos el mayoral y bell altra persona. Le ba paresé distinguí el timbre de bos de una dona y se ba preguntá quí sería a aquellas oras. Animals malos no'n eba quedau cap y que bella baca s'ase posau a parí u mala de carbunco no le cabeba a la cabesa. Antes de senta-se a sopá una olla de sopas apañadas dan tosino, ous al rescoldo y un buen tros de queso dan un parell de sanjóns de pan, el amo y ell s'eban apasiau per las plletas y tots els animals coma uno solo estaban endormiscats."
Es controvertido encasillar el habla de Benasque/Benás, pues en buena parte coincide con las hablas pirenaicas lingüísticamente aragonesas, como las del chistabino (del vecino Bal de Chistau), pero también tiene rasgos propios del catalán, y de las hablas ribagorzanas de transición, también con rasgos típicamente procedentes del occitano gascón (muy coincidentes con el aranés), pero también con particularidades propias de la habla benasquesa.
Consultando lo que dice la Gran Enciclopedia Aragonesa a razón del benasqués o patués, podemos distinguir varios rasgos lingüísticos:
  • Una característica que ha llevado a su catalogación dentro de las variantes del aragonés es la diptongación de la e(x) y o(x) tónicas: uello, espuena, fuella, fiemo, viengo, portiello, pero también hay soluciones de no diptongación, más asemejadas al catalán, como foc, fora, forsa, fel, peu, set,…
  • La consonante (l) se palataliza en los mismos casos que en el catalán, tanto en posición inicial (llaurá, llinsol, llampit…), en el sonido (ll) (cavall, güello, rella), l+sonido palatal (palla, fillo,…), y como en las variantes del ribagorzano, la palatalización de la (l) cuando le precede (p), (k), (b), (g), (f) (pllorá, fipllón, plleta, pllan, cllau, ancllum, blleda, nublláu, singlla, fllama o ronfllá).
  • El benasqués ha conservado en un buen número de palabras la –o final: fillo, buxo, llargo, dido; pero en cambio, rastoll, man, cllau, hivert. También se producen variaciones en la formación del plural, en que en muchas ocasiones pierde esa –o– : vaso/vasos, buxo/buxos, berro/berros, llargo/llargos y, en cambio, fillo/fills, casuelo/casuels, redono/redons, sapo/saps, rato/rats, suco/sucs, dido/dits, llombrigo/llombrics, baquero/baqués, maduro/maduts, prau/prats, forau/forats,…
  • Evolución de (b) fricativa primitiva en posición implosiva, que ha originado (u) semivocálica, como en catalán: calíu, ou, moure, nou, chous, …
  • En el caso de (d) fricativa primitiva, hay oscilación entre las semejanzas al catalán o al occitano gascón: creure, prou, caire,…
  • En cuanto a la conjugación verbal, se resaltan características como las formas perifrásticas en el pasado simple, como en el catalán y el occitano: ve+, vas+, va+, vem+, vets+, van+ cantá; las desinencias verbales de persona y número: canto, cantes (-as), cante (-a), cantem (-am), cantets (-ats), canten (-an); la desinencia –va de imperfecto: cantava, llichiva, veneva, feba…; la conjugación del verbo "ser" inf. está, part. estáu, presente: sigo, yes, ye, som, sots, son.
  • Pronombres personales: yo, tu, ell, nusaltros, vusaltros, ells; los demostrativos: isto, ixo, aquell; los posesivos, como en castellano; los indefinidos: algo, res, digú, masa, bell, molto/mols, brenca (no n'hi hay brenca: ni pizca), mes, guaire; las preposiciones: enta, ta (a, hacia), dan (con), a (en, a),…; los adverbios: a la vegada, ensima, dichós, a drinto, a fora, hue, ayere, demán, despusayere (anteayer), despusdemán (pasado mañana).
  • En cuanto al léxico, existe un diccionario, de más de 8000 palabras, recopiladas por Ángel Ballarín Cornel, es complejo: encontramos palabras como martuall (fresa), amortá (apagar), enchelebríu (entumecido por el frío), piá (atar), revolcá (remover), entemorsá (desayuno), quebró (biga); coincidentes con el aragonés, como buro (lodo), enruná (enterrar), ababol (amapola),…; coincidentes con el catalán, como disná (comida del mediodía), sopá (cenar), badallá (bostezar), penre (tomar), despulláu (desnudo), llosa (cucharón), rabassa (cepa de un tronco), poma (manzana), ramat (rebaño), nit (noche), escalfá (calentar), fé (hacer, pero también recoger); palabras que provienen de términos célticos, como ancllum (yunque), briga o ballabriga; palabras propias, como truita, farsí, choñigueyán (desajustándose), esboldregán, estrolicá, estraleyán, ixabrot, enfeixanáu,…, o ixupllidá (olvidar),…
Desde los años ochenta, está siendo muy revalorizado, sobre todo desde la Asociación Guayente, la enseñanza en las escuelas del valle, la Asociación Alasets, y la publicación de varios libros en patués, con autores como Carmen Castán, María José Subirá, José María Ferrer, Ángel Subirá,…, y el diccionario Ballarín Cornel y los estudios del filólogo José Antonio Saura. La Ley de Lenguas, ahora suspendida por el gobierno de Luisa Fernanda Rudí, reconocía específicamente la existencia de esta variedad lingüística.
Si queréis ver un programa dedicado al benasqués o patués, Bien dicho, un programa de Aragón Televisión, la televisión autonómica aragonesa, habla sobre el tema. Podéis clicar este link:
http://alacarta.aragontelevision.es/programas/bien-dicho/pagina/5/ (y buscar el programa dedicado al patués)


Una de las casas típicas de Benás/Benasque, la casa Juste    


    Ayuntamiento o Casa la Bila (escrito en benasqués)


  1. El Forau d'Aiguallut
La ball de Benás. Nos encontramos en el paraíso de senderistas, escaladores y montañeros en general. Desde la villa de Benás, y hacia todas direcciones, parten rutas para todo tipo de dificultades, y para todo tipo de gustos y de público. Desde Sarllé/Cerler y el Ampríu, el valle de Grist/Eriste, el valle de Estós o la Ballibierna, pasando por todo tipo de ibones y lagos, la Literola, los lagos de Remuñé, el lago de Gorgutes, el Portillón de Benás, el Lago de Cregüeña, los ibones de la Escarpinosa, el lago de Llosás, el Coll de Toro, o las ascensiones al Aneto y la Maladeta, Posets o las Tucas de Ixeia, hay tantas y tantas rutas para escoger, que uno podría pasar una temporada larga, y no se lo acabaría todo. Pero si hay una excursión por excelencia, accesible y para todos los públicos, esta esla excursión al Forau de Aiguallut. Para acceder a este paraje, se puede ir en coche hasta el Hospital de Benasque, donde obligatoriamente se debe dejar el coche. Desde ahí, uno tiene dos opciones: o bien subir a pie, o bien en un transporte que se ofrece hasta la Besurta, de donde parte la ruta señalizada para llegar al Forau de Aiguallut. Pero, ¿por qué es tan interesante este fenómeno natural? Fenómeno kárstico de primer orden, la pérdida del Forau de Aiguallut, bajo el glaciar del Aneto, recibe las aguas de la cabecera hidrográfica del río Ésera y las dirige subterráneamente hacia la surgencia de los Uelhs deth Joèu, en era Artiga de Lin, en la Val d'Aran, tributando esas aguas a la cuenca del río Garona. Se produce aquí un cambio de vertiente fundamental: las aguas que, teóricamente, debían ir al río Ésera y, por tanto, pertenecen a la cuenca mediterránea, son derivadas hacia la cuenca del Garona y, por tanto, derivadas a la cuenca atlántica. Este fenómeno ha sido objeto de estudio desde finales del siglo XIX. Varios estudios intentaron demostrar la conexión entre Aiguallut y las Uelhs deth Joèu. Pero fue Casteret quien, en 1931, logró que las aguas salieran fuertemente teñidas, y pudo demostrar claramente su procedencia. Es curioso observar el sumidero en el que las aguas "desaparecen". Lo mismo que curioso es ir a la parte aranesa, en era Artiga de Lin, para ver aparecer las aguas de nuevo. Es una excursión que os recomiendo, si vais por Benasque.

 



El Forau d'Aiguallut. En la primera foto, se ve el sumidero de aguas que, tras su "desaparición" subterránea, aparece de nuevo en era Artiga de Lin, en la Val d'Aran. En la segunda foto, se observa como las aguas se vierten en cascada hacia el sumidero o Forau, donde las aguas "desaparecen" y cambian de vertiente y cuenca hidrográfica, de la cuenca del Ebro (mediterránea) a la cuenca del Garona (atlántica).

jueves, 7 de marzo de 2013

Viva la sopa minestrone

1.

Viernes, 10 de julio. La Iglesia celebra hoy la festividad de Santa Amelia, a la que en vida se conoció también con el nombre de Amelberga.

El día ha amanecido caluroso y húmedo. A las diez de la mañana los barómetros más fiables señalan treinta y cinco grados a la sombra y ochenta y seis por ciento de humedad. Eso no es bueno para la salud y para el bienestar de los ciudadanos, pero todos sabemos que, por muy adversa que sea la climatología, la gente con espíritu consigue superar todos los obstáculos que les pongan por delante y avanzar con una sonrisa ilusionada en pos de su ideal.

Podemos ofrecer un ejemplo al respecto: esta misma mañana, a pesar del calor sofocante, ciertos políticos entusiastas –respaldado por un buen número de seguidores– han facilitado a los medios de comunicación una nota en la que manifiestan sin rodeos su intención de separarse del Estado común para constituirse en una república independiente con la que puedan sentirse plenamente identificados.

La noticia está corriendo vertiginosamente por la ciudad y, a través de la radio y de la televisión, llega muy pronto a todos los hogares. La familia de los Martínez fue una de las que pusieron en marcha el televisor justo en el instante en el que el presentador empezaba a leer el comunicado. No variaron por eso sus planes para el fin de semana. Acabaron de hacer las maletas, las cargaron en el coche y se fueron al apartamento que tienen alquilado en la montaña.

La gangosa voz del presentador, sin embargo, entró en la cocina, se coló incluso en la despensa de la casa y las hortalizas, más sensibles que los Martínez al quehacer político del país, se sienten ahora muy nerviosas. Podemos decir que en ese oscuro recinto la noticia cayó como una bomba.

  • ¿Por qué no imitamos a esos admirables políticos y proclamamos también nuestra independencia? –propone el robusto Puerro a sus compañeros y compañeras– . ¿Por qué no nos constituimos en un Estado libre y, a falta de constitución, nos integramos todos en una receta gastronómica que nos represente a todos? ¿Quién nos impide constituirnos, por ejemplo, en una sopa minestrone?
  • ¡Sí, sí! –exclaman las demás hortalizas, sin pensárselo dos veces– . ¡Constituyámonos también en un Estado! ¡Constituyámonos en una sopa minestrone!

En una oscura despensa estalla una explosión de entusiasmo. Las hortalizas no se reprimen. Saben que los Martínez no volverán hasta el domingo por la noche y saben también que el vecino del piso de arriba no puede oírles porque se quedó sordo en la guerra de Cuba, o en otra que hubo luego. Entonan cánticos triunfales y se abrazan calurosamente, convencidas de que acaban de dar el primer paso que habrá de conducirlas hasta la independencia. Las que no encuentran con quién abrazarse aplauden con entusiasmo.

  • ¡Viva la minestrone! –exclaman, cada vez más alborozadas.
  • ¡Un momento, un momento! –les pide el camarada Puerro, exigiendo a los demás un poco de silencio y dando muestras de una loable prudencia– . Antes de tomar una decisión tal vez convendría que ustedes supiesen lo que es una minestrone.
  • Es una sopa de verduras extrafina –explica el Camarada Guisante, dándoselas de entendido.

La Camarada Cebolla, envuelta en sus rosadas binzas, sonríe levemente. No parece estar muy de acuerdo con el proyecto de elegir la sopa minestrone como plato nacional.

  • Será todo lo extrafina que queráis –observa– , pero es evidente que no puede compararse con la espectacular paella o con el siniestro pero sabrosísimo arroz negro.
  • Tampoco puede compararse con un simple plato de pollo asado –interviene la Camarada Patata.
  • Ni con un magret de pato al vino con juliana de verduras –comenta el Ajo.
  • Me han dicho que la sopa minestrone se recomienda a los que andan con el estómago pachucho –observa el Perejil.
  • No nos conviene apresurarnos –aconseja el minúsculo y perverso Guisante– . Tenemos tiempo de elegir con calma. Que nos explique el Camarada Puerro cuáles son los ingredientes. Luego veremos si nos conviene integrarnos en esa sopa o si nos interesa constituirnos en otra receta de más enjundia.
  • ¡Sí, sí! ¡Que nos lo explique! –exclaman al unísono el Camarada Apio y la Camarada Zanahoria.

(Javier Tomeo, La rebelión de los rábanos. Premio Sent Soví 1998. Ediciones Destino, Barcelona, 1999)

    El escritor oscense Javier Tomeo no pudo hacer un relato más actual ni más acertado, en versión verduras. Maestro de las narraciones cortas y un poco inverosímiles, Tomeo escribió este relato, La rebelión de los rábanos, en la época del gobierno de Aznar y la "balcanización" de España. Un relato muy actual, ahora con el sentimiento independentista a flor de piel en Catalunya. No me puedo imaginar a Artur Mas gritando "constituyámonos en una sopa minestrone", pero desde luego el relato de Tomeo ilustra fielmente el proceso actual en Catalunya, en versión hortelana, pero ni más ni menos verosímil con el proceso que se está llevando, con el absurdo de algunos, la ambigüedad de otros y la intransigencia de los de más allá. La lectura del relato de Tomeo es recomendable, para encontrar las numerosas similitudes, incluso entre los personajes verdes y nuestros políticos actuales. Probar de encontrar las semejanzas. Leer el libro. Os lo recomiendo. Mientras tanto..., ¡Viva la minestrone!