domingo, 29 de diciembre de 2013

La cagaste, Burt Lancaster (1ª parte)

   “Dónde está nuestro error sin solución, fuiste tú el culpable, o lo fui yo… Ni tú ni nadie nadie puede cambiarme… Mil campanas suenan en mi corazón, que difícil es pedir perdón… Ni tú ni nadie nadie puede cambiarme.”

   Bonita y real como la vida misma, esta canción que Olvido Gara, Alaska, puso de moda en los 80, en los años de moda de la movida madrileña… Recién entrada la transición democrática en España, esa España demasiado anquilosada después de cuarenta años de dictadura franquista, que pedía modernización a marchas forzadas, que fue llegando en los últimos estertores de la dictadura, y que con la llegada de la democracia fueron aposentándose, poco a poco (quizás demasiado poco a poco) en el corazón de nuestra sociedad.

   Después de muchos años de aislamiento, luego de tímida apertura, la llegada de esta tímida modernización se abrió camino con demasiadas dificultades, muchas piedras en ese camino, demasiados años de atraso en muchos temas.

   Muere Franco, llega el Rey, y con él las ansias de cambio. Se abre el periodo democrático, no sin dificultades, ya que ese poso se veía en todos los sectores sociales. La Constitución Española, ese instrumento que debía sustituir las leyes franquistas y los Principios Fundamentales del Movimiento, iba a ser el punto donde debía pivotar ese camino nuevo, ese camino hacia la democracia y hacia la europeización de España, que debía desembocar en una España integrada en la democrática Europa y en la dinámica de los democráticos países occidentales, aquellos que, a pesar de ver con desagrado a Franco, lo aceptaron como el último bastión de Occidente, aquel que no permitió que se impusiera el comunismo.

   Con la llegada de Adolfo Suárez a la presidencia del Gobierno, con Torcuato Fernández Miranda, y otros tantos actores, provenientes del establishment franquista, pero que facilitaron la llegada de la democracia a España, empezaron las reuniones del Constituyente, aquellos que debían redactar la Constitución, que fue aprobada en 1978. Los Roca i Junyent, Peces Barba, Solé Tura, Manuel Fraga, Herrero de Miñón, Pérez Llorca, Gabriel Cisneros,…, que fraguaron las bases de la actual España en democracia, el pilar de la transición. La Ley de Amnistía, la legalización del Partido Comunista, la convocatoria de las primeras elecciones… Todo parecía cambiar en la España anquilosada. Pero no sin encontrar piedras en el camino: huelgas, manifestaciones pro-amnistía, manifestaciones pro-autonomía en Catalunya o Euskadi, las muertes de los abogados laboralistas en Atocha, la actuación de grupos de ultraderecha y, en contraposición, de la extrema izquierda y ETA, ETA, ese mal que nunca acaba, ruido de sables, iglesia descontenta por la legalización del divorcio, la dimisión de Suárez, el intento de golpe de Estado de Tejero, ese papel que nunca se aclarará del Rey para hacer fracasar el golpe militar…

   Pero no se puede dudar del éxito de la transición española. Después de cuarenta años de oscurantismo, la llegada de la democracia y el periodo de transición fueron un bálsamo para nuestra sociedad. Evidentemente, no podemos comparar la actual situación, a pesar de la crisis, con aquellos años. La crisis de los 80, con la desindustrialización de los altos hornos, la crisis de la minería, el boom posterior basado, fundamentalmente, en el ladrillo y en el sector servicios, y nuestra actual crisis, muy globalizada, pero también muy estructural.

   Políticamente, hemos vivido el periodo más calmo de nuestra historia contemporánea, treinta y cinco años, en los que hemos alternado políticamente: Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo, tres lustros de Felipe González, dos legislaturas de José María Aznar, dos legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero y la actual legislatura con Mariano Rajoy.

   También Catalunya ha avanzado ostensiblemente. La modernización de España destaca, sin duda, en Catalunya. Esa Catalunya siempre en vanguardia, en vanguardia económica, en vanguardia política, en vanguardia social, ese motor de España, que ahora todos anhelan “recuperar”.

   Esa Catalunya que ha viajado desde el día en que Josep Tarradellas descendió de aquel avión, proveniente del exilio y dijo aquello de “Ja sóc aquí”, el restablecimiento de la Generalitat de Catalunya y de las principales instituciones catalanas, el estatuto de autonomía de Sau, las primeras elecciones catalanas que pusieron a Jordi Pujol en el mapa de las autoridades políticas, un líder, más respetadas de la frágil (aún) democracia española. Veintitrés años de pujolismo, que finalizaron con unas elecciones que ganó Pujol en diputados y Pasqual Maragall en votos, desembocó en un tripartito, en el que se aprobó un nuevo Estatut en 2004, “cepillado” (según palabras de Alfonso Guerra), tumbado por el Tribunal Constitucional (por el recurso presentado, entre otros, por el Partido Popular), otro tripartito presidido por José Montilla, y, tras las elecciones en 2010, la llegada de Artur Mas, reelegido en 2012 en unas elecciones anticipadas (y presuntamente plebiscitarias) y toda la actual deriva soberanista, que ha desembocado en la actual situación, que está a punto de romper el actual statu quo.

   Pero, ¿qué es lo que ha pasado entre Catalunya y España, España y Catalunya, para que hayamos llegado a esta situación?

   Y éste es el motivo de esta serie de artículos que no he dudado en titular como “La cagaste, Burt Lancaster”. El análisis de la territorialización de España que ha llevado al actual momento de ruptura. ¿Quién la cago primero? ¿Quién la cagó más? ¿Qué ha pasado para que el actual estado de desafección y de ruptura haya llegado a verse? Lo advirtió Montilla, debéis tener en cuenta la desafección de los catalanes. La figura que Enric Juliana denomina el “català emprenyat”. Ese que, sin ser especialmente independentista, sentirse igual catalán que español, salió en tromba en la manifestación contra la sentencia del Tribunal Constitucional, el que salió el 11 de Septiembre de 2012 o en la cadena humana del 11 de Septiembre de 2013, que siente en sus propias carnes un cierto desprecio por parte de las instituciones centrales, el que siente que hay demasiados factores que le intentan incomodar, desafectar.

   “La cagaste, Burt Lancaster” es, pues, la historia de un encuentro/desencuentro, que ilustraremos en cuatro partes: una, trataremos de descifrar el Título Octavo de la Constitución Española, las Disposiciones Adicionales dispuestas en ella, los primeros años de la democracia, el Estatut de Sau, la reinstauración de la Generalitat, la autonomización de España, la LOAPA y el golpe de Tejero, y el “café para todos” y la pax felipista; dos, la llegada de Aznar, los gritos de “Pujol, enano, habla castellano”, y el inicio con la segunda legislatura aznarista de la desafección catalana, que desembocó en el Estatut de 2004; tres, la llegada de Zapatero y el “aprobaré el Estatuto que salga del Parlamento de Catalunya”, el recurso del PP, el “cepillado” y la sentencia del Tribunal Constitucional, que ha llevado a esa desafección total de la que Montilla había advertido; y cuatro, la situación actual, la de la ruptura, la de la consulta, esa que debería celebrarse el 9 de Noviembre de 2014, esa actual deriva soberanista e independentista, y de cuyo futuro depende toda esta situación actual de ruptura/parálisis/crisis institucional…


   Voy a intentar desgranar, de un lado y de otro, cuales son los motivos que han llevado a la actual situación, y voy a intentar ser riguroso en mi examen. Voy a intentar ver “donde está nuestro error sin solución, y si hay un culpable, o lo son los dos”…



martes, 24 de diciembre de 2013

Eurovegas y Gran Scala: dos proyectos perdidos y una gran estafa

   Desierto de Nevada. Estados Unidos de América. En medio de la nada, en un terreno estéril, en una zona donde se han llegado a hacer pruebas nucleares en superficie y bajo tierra, nació una ciudad, que iba a ser considerada la capital del juego y del desenfreno, en medio de la nada: Las Vegas. Una ciudad llena de casinos, hoteles, casas de prostitución y en donde, incluso, uno se podía casar a lo Elvis Presley. Para los conservadores y puritanos estadounidenses, la nueva Sodoma y Gomorra; para los menos puritanos y libertinos, el paraíso terrenal. Una ludópolis, una ciudad donde el juego, el vicio y la corrupción (que puritano me ha quedado) son la moneda de cambio corriente.

   La ciudad del neón, la ciudad que no duerme nunca, la ciudad que Ballard calificó como nada más que la mayor bombilla del mundo. Sonido de máquinas tragaperras, de dinero cayendo en los cajetines de esas máquinas con palanca, el siseo de una voz diciendo no va más, de gente que pierde todo, otros que lo ganan todo, el gran negocio del juego: cartas, ruletas, bingos,…

   La ciudad con un gran número de hoteles, de todos tipos, imitando todo tipo de estilos: pirámides, a lo romano,…, qué más da… Hasta un hotel había, desde el cual se podía observar las explosiones atómicas del desierto de Nevada. Un paraíso para el turismo del juego y la noche. Sí, la noche. Esa noche llena de lujuria y sexo. Un paraíso de sexo, una ciudad llena de prostíbulos de todo tipo, para hombres, para mujeres,… Una ciudad donde todo parece fácil, donde cualquier cosa es accesible y fácil. Una ciudad sin límites…

   Año 2007. Doce de diciembre. Zaragoza. Se presenta el proyecto de Gran Scala, una ciudad de ocio y diversión, una pequeña Las Vegas en medio de los Monegros aragoneses. Una inversión de 17 mil millones de euros. Una presentación del consorcio International Leisure Development (ILD), rodeada de políticos locales que vieron en el proyecto la llegada del rey Midas o de la gran panacea para los problemas de la región. Un gobierno de coalición, con un PSOE algo reticente y un Partido Aragonés verdaderamente entusiasta, sobre todo el consejero de Turismo, Arturo Aliaga y el vicepresidente José Ángel Biel, que vieron en el proyecto una plataforma de proyección personal, sin detectar aquello que después pasaría, la gran espantada, la Gran Estafa.

   Y fue una gran estafa por lo que significó, una verdadera lucha entre los pueblos de los Monegros por ver cuál de ellos albergaba el proyecto, una verdadera competición para ver quién ofrecía los mejores terrenos, los mejores precios, los mejores servicios.

   El proyecto presentado era un complejo, que ocuparía unas cuatro mil hectáreas de suelo barato - de ahí la competición y la especulación creada alrededor de eriales de secano o yermos, cuyos dueños se veían manejándose entre millones y los alcaldes siendo los nuevos magnates, émulos de ese gran Paco Martínez Soria en esa película El turismo es un gran invento, donde al colocar un cartel en el pueblo ya creen que van a construir el parador nacional que anhelan, aquí igual, los políticos como salvadores de la patria…, sólo presentando el proyecto, ya lo creían construido.
   Diseñado con forma de reloj de unos cinco kilómetros cuadrados, aproximadamente, el proyecto contaba con dieciséis parques temáticos, centrados en la historia, como Egipto, Grecia clásica, Roma, los Celtas, la Edad Media, la Edad Contemporánea,…, cada período histórico contaba con un museo dedicado a esa época, un hotel y un casino, hasta un total de 32 casinos, 70 hoteles, campos de golf, centros comerciales, un palacio de congresos, centros residenciales y un hipódromo.

   La obra se desarrollaría en varias fases, y como un factor de localización proponían la cercanía de Zaragoza, Barcelona y Madrid, la conexión con las arterias de comunicación, como la autopista o el AVE, cercanía de los aeropuertos de estas ciudades, y como factor de introducción, que sería un centro de ocio y diversión para todas las edades.

   Pero el proyecto empezó ya con mal pie, al toparse con la competición entre las diversas poblaciones monegrinas para su ubicación. Finalmente, la dirección del proyecto optó por la ubicación en el término de Ontiñena, cerca de la autopista A-2 y de la línea de alta velocidad, cerca también de la N-II en Candasnos.

   Cuando ya se habían hecho las pertinentes propuestas a los propietarios de los terrenos afectados, y ya se había puesto precio a las fincas, cuando se convino la firma delante del notario de Fraga de la venta-cesión de las fincas, la parte compradora no se presentó a la firma, sólo cinco años después de la presentación del proyecto, en febrero de 2012, con lo cual se entendió el desistimiento del proyecto, desapareciendo sin pena ni gloria, y por tanto, un nuevo golpe de gracia para Aragón y sus siempre bien confiados (y quizá untados) políticos, y jugando de nuevo con las esperanzas de la gente, confiados en obtener pingües beneficios y un gran número de puestos de trabajo y un gran volumen de negocio.
   Ya lo avisaban las plataformas contrarias al proyecto, la Plataforma Stop Gran Scala y Los Monegros no se venden. A los problemas medioambientales que se generarían al crear de la nada una ciudad, que sería la tercera en Aragón en número de habitantes, tales como la generación de CO2, la contaminación generada, el enorme gasto de agua que, precisamente no es un recurso sobrante en el área monegrina, así como el gran impacto que generaría sobre el sistema, en cuanto a flora y fauna, hay que añadir aquellos que generan su más que dudosa viabilidad, ya que el proyecto adolecía de informes que hablaran de números concretos de beneficios, falta de concreción técnica y material de proyecto, después de una inversión con un más que elevado coste, y sobre todo viendo el éxito obtenido por otros complejos similares. A Terra Mítica, por ejemplo, hay que añadir que el casino de Aragón por excelencia, el Montesblancos, cerca de Zaragoza, cerró por falta de beneficios y suspensión de pagos. A ello, también se añade la falta de transparencia sobre la identidad de los inversores, por lo que se tuvo la sensación de tratarse de un fraude, pues el consorcio inversor estaba compuesto por una serie de sociedades fantasma insolventes radicadas en paraísos fiscales, sin dinero ni credibilidad, como se advirtió desde el Periódico de Aragón.

   Un engaño, una Gran Estafa generada en una de las tierras más castigadas por la emigración y el envejecimiento de su población, donde se imaginaban a los cerdos atados con longanizas, los habitantes con coches de superlujo y los bolsillos repletos de billetes, y con un turismo de lujo, dinero e incluso, casándose a lo Elvis baturro, con música de rock o de jotas aragonesas.

   En vez de ello, el erial reseco, y un montón de propietarios a los que se prometió el oro y el moro esperando en el notario de Fraga, en una fría mañana de febrero de 2012, a que se produjera un milagro, y no fuera verdad aquello que se temía: la gran espantada y la gran estafa.

  ¿Se puede crear entonces una analogía con el otro gran proyecto fallido, Eurovegas? En muchos sentidos, sí.

   Aunque el inversor Sheldon Adelson, en el caso de Eurovegas, si parecía de fiar, porque tiene detrás un gran imperio, y sus números sí que cuadraban, y su proyecto tenía un informe económico más que favorable, finalmente ha vuelto a ser un gran engaño, ha causado también una gran competición entre territorios que quisieran albergar el complejo, pero en el caso de Eurovegas lo que ha echado al traste el proyecto ha sido las condiciones puestas por el inversor para llevar a cabo el proyecto. Analicemos el “expediente” Eurovegas detenidamente.

   ¿Cuáles han sido las condiciones que el magnate (o mangante) Sheldon Adelson y el conjunto inversor Las Vegas Sands han puesto para la instalación del complejo en España?

   El magnate de los casinos Sheldon Adelson, propietario del grupo Las Vegas Sands, ha impuesto las siguientes condiciones para instalar el macroproyecto Eurovegas en España. Estas condiciones que Adelson exige, convertirían esas instalaciones en un paraíso fiscal y laboral y que pueden resumirse en lo siguiente:

•              Exención del pago de las cuotas a la Seguridad Social de los empleados de dos años.
•              Exención de impuestos municipales, regionales y estatales durante dos años y del IBI durante, al menos, diez años.
•              Un aval del Estado de 25 millones de euros, que solicitará al Banco Europeo de Inversiones y que, si el negocio no prospera tendría que pagar la Administración.
•              Cesión gratuita del suelo público que necesite, además de las expropiaciones que procedan (que tendría que pagar la Administración).
•              Exclusividad en el negocio durante diez años, o sea, que no puede instalarse ninguna otra actividad que pueda suponer una competencia.
•              Modificación del Estatuto de los Trabajadores a fin de terminar con la regulación de convenios colectivos con el personal empleado.
•              Modificación de la Ley de Extranjería a fin de poder contratar personal extranjero que estaría sujeto a la legislación y condiciones laborales de su país de origen (por ejemplo, si es pakistaní, podría trabajar sin contrato de trabajo y en las condiciones salariales que rijan en Pakistán).
•              Cambio de legislación sobre la prevención del blanqueo de capitales, con flexibilización de los controles. En definitiva, que el dinero con el que juegan o que ganen en las instalaciones pueda salir del país sin ningún tipo de control administrativo. Podría entrar al país dinero del narcotráfico y salir dinero español en dirección a los paraísos fiscales sin control de Hacienda.
•              Autorización para entrar en las instalaciones a ludópatas y menores de edad, circunstancias que actualmente prohíbe la ley del juego en España.
•              Modificación de la ley antitabaco, de tal forma que se pudiera fumar en todas sus instalaciones en contra de lo establecido en el resto del Estado.
•              Construcción de las instalaciones e infraestructuras que se soliciten (ha pedido una estación del AVE, una de cercanías y un enlace con la red de metro o metro ligero así como la modificación del Aeropuerto de Barajas para llegada y salida de jets privados). En definitiva, todo esto supondrá un coste para la Administración de 2600 millones de euros.
•              Plena disponibilidad de agua para las instalaciones, incluidos los tres campos de golf que se pretenden construir, lo que supone una clara amenaza a los recursos hídricos de la zona.

   A cambio de todo esto, ¿qué ofrecía?

   El proyecto final podría haber supuesto la construcción de doce hoteles, seis casinos con más de mil mesas de juego y 15000 máquinas recreativas, tres campos de golf y nueve teatros. Todo esto se hubiera construido si el negocio hubiera funcionado tal como se pretendía. El proyecto se iniciaba con un tercio de lo prometido, a la espera de que funcionara, pero la reserva del suelo, las infraestructuras, la modificación legislativa, las exacciones fiscales, el aval del préstamo y demás apartados que se han citado, debían estar listos desde el inicio del proyecto.

   Pero aquello que comenzó mal, con la competición entre territorios para la instalación del macroproyecto, sobre todo entre Catalunya y Madrid, y que finalmente parecía haber caído en el saco de los madrileños, se fue al traste por el elevado coste económico y social de las condiciones puestas por el inversor, y de nuevo, los políticos, que se frotaban las manos ante tan magna inversión, volvieron a quedar en ridículo. Mister Marshall, o en este caso, Mister Adelson, volvió a pasar de largo, y los políticos, como en el caso de Aragón, volvieron a quedar en la más absoluta frustración, pues ni las Olimpiadas ni Eurovegas iban a recalar en España, ni en Madrid.

   Otro gran momento, pues, de frustración para especuladores y políticos.

   Pero, era (o es) necesaria la construcción de un macroproyecto como éste para desarrollar una región o un país. Llegado a este punto, vuelvo a insistir en uno de mis habituales caballos de batalla: no es mejor desarrollar una política de I+D+i (investigación, desarrollo, innovación), que seguro darán vitalidad a la industria, para la creación de nuevos puestos de trabajo, más que proyectos basados en el sector servicios, y en el sector del ladrillo, que ya se han demostrado agotados. Si seguimos basando nuestra inversión económica en este sector, difícilmente saldremos adelante, y probablemente nuestra dependencia económica seguirá creciendo.




 Gran Scala = Gran Estafa

La vida dura, de Flann O’Brien

   “Gracias a Dios los años siguieron pasando sin acontecimientos demasiado notables. Yo ya tenía once años y mi hermano, quien estaba convencido de ser un hombre maduro, dieciséis.

   Una tarde de primavera, a eso de las tres y media, regresaba yo a casa del colegio con paso fatigado por la calle Synge. Caminaba por el otro lado del canal y a unos cincuenta metros antes de llegar a casa levanté por casualidad la vista y me paré en seco allí mismo, completamente petrificado. Mi corazón latía violentamente contra mis costillas y desvié la vista hacia el suelo. Me santigüé. Tímidamente volví a mirar hacia arriba. ¡Allí!

   A la izquierda de la entrada de la casa y tal vez a unos quince metros de ella había un árbol bastante alto en el jardín delantero. Por encima del árbol, si bien algo alejado, vi la cabeza y los hombros de mi hermano. Me quedé mirando fijamente la aparición, fascinado igual que aquellos animales que son hipnotizados por una mortífera serpiente antes de atacar. Mi hermano comenzó a agitar los brazos de un modo lamentable y lo que vi a continuación fueron sus espaldas. ¡Iba en dirección a la casa y estaba caminando en el aire! Completamente aterrorizado, pensé en el Otro que había caminado sobre el agua. Desasosegado, volví a desviar la vista y al cabo de un rato, entre afligido y tambaleante, llegué a casa. Debía de estar muy pálido pero no dije nada.

(…) Me bebí el té y abandoné la cocina con indiferencia, pero al subir las escaleras no pude evitar sentirme preso de la excitación. Entré en el dormitorio.

   Mi hermano, dándome la espalda estaba inclinado sobre el escritorio examinando unos pequeños objetos de metal. Levantó la vista y asintió abstraídamente.

-          ¿Te importaría – dije nervioso –, te importaría contestarme una pregunta?
-          ¿Qué pregunta? Estoy ocupado con esta buena cantidad de engranajes.
-          Es la siguiente. ¿Es posible que te haya visto caminando en el aire al volver del colegio?

   Se dio la vuelta para observarme fijamente y luego se echó a reír a carcajadas.

-          Caramba – dijo con una risita –, supongo que sí, por decirlo de alguna manera.
-          ¿Qué quieres decir?
-          Tu pregunta es interesante. ¿Se me veía bien?
-          Si lo quieres saber, se te veía inhumano y si te estás aprovechando de un poder que no proviene de Dios, si estás teniendo tratos con criaturas impías de las tinieblas, te recomiendo seriamente que vayas a ver al Padre Fahrt, porque estas cosas no te conducirán a nada bueno.

   Mi hermano esbozó una sonrisa tonta.

-          Echa un vistazo por la ventana – dijo.

   Con mucha cautela hice lo que me dijo. Entre el alféizar y una gruesa rama de la copa del árbol se hallaba extendido un cable en tensión, el cual me di cuenta que pasaba por debajo de la ventana cerrada y estaba sujeto en tensión mediante un artefacto a la pata de la cama, situada contra la pared.

-          ¡Dios Todopoderoso! – exclamé.
-          ¿No es ingenioso?
-          ¡Caracoles, si es un maldito alambre para caminar!
-          Lo he conseguido a través de Jem, ya que lo acaban de poner en venta en los almacenes Queen. No hay nada que se le parezca. Si mañana instalo el alambre en esta habitación de pared a pared a solo treinta centímetros del suelo, tú también podrías caminar sobre él con muy poca práctica. ¿Cuál es la diferencia de que estés a diez centímetros o a cien metros de altura? El único problema es aquel que llaman psicológico. Se trata de una palabra nueva pero yo conozco su significado. Lograr el equilibrio es juego de niños, y todo el truco reside en sacar de tu cabeza la noción de altura. Se ve peligroso, naturalmente, pero hay dinero en esta clase de peligro. Peligro inofensivo.
-          ¿Qué pasa si te caes y te rompes el cuello?
-          ¿Jamás has oído hablar de Blondin? Murió en su lecho a los setenta y tres años, pero cincuenta años antes había cruzado las cataratas del Niágara caminando sobre un alambre a cincuenta metros de altura por encima de las estrepitosas aguas. Y lo hizo varias veces: cargado con una persona sobre sus espaldas, deteniéndose a freír huevos. En definitiva, un gran hombre. Me parece que una vez también actuó en Belfast.
-          Me parece que se te va la olla.
-          Voy a hacer dinero, ya que tengo… ciertos proyectos, ciertos proyectos muy importantes. Mira esto. Es una máquina de imprimir. La he conseguido de uno de los amigos de la calle Row, quien se la había robado a su tío. A pesar de que es vieja, servirá para comenzar a funcionar.

   Yo no podía apartar mis pensamientos de aquel alambre.

-          ¿Así que serás el Blondin de Dublín?
-          ¿Y por qué no?
-          Niágara está muy lejos, naturalmente. Supongo que extenderás el alambre sobre el Liffey.

   Mi hermano dio un brinco, tiró al suelo un objeto metálico y me miró con los ojos muy abiertos.

-          Querido hermano – dijo –, sin duda has dado en el clavo. Sin duda has dado en el clavo. ¿Extender un alambre sobre el Liffey? ¡El Temerario Enmascarado de la calle Mount! ¡Allí hay una fortuna, una fortuna! Que el señor nos proteja, ¿cómo es que no se me había ocurrido?
-          Por Dios, solo estaba bromeando.
-          ¿Bromeando? Espero que sigas haciendo esta clase de bromas. Iré a consultar con el Padre Fahrt sobre el asunto.
-          ¿Para que te dé su bendición antes de arriesgar tu vida?
-          ¡Una mierda! Necesito un organizador, un empresario. El Padre Fahrt conoce un montón de jóvenes maestros y yo le pediré que me ponga en contacto con alguno de ellos. Son unos tipos muy aficionados a los deportes. ¿Recuerdas a Frank Corkey, N.T.? Estuvo una vez aquí de visita. Es un jesuita malogrado. Ese hombre haría saltar por los aires los muros de Jerusalén por dos libras. Sería el hombre adecuado.
-          ¿Para ser despedido de su colegio por ayudar a un joven lunático a matarse?
-          Le convenceré. Espera y verás. (…)”

   Y eso es lo que ha hecho este relato del autor irlandés, Flann O’Brien: convencerme. Convencerme de que su lectura no ha sido en vano. A pesar de que en la edición que Nórdica Libros ha hecho de La vida dura (Original en inglés, The hard life, primera edición en 1961, en Nórdica Libros, en marzo de 2009), en la Introducción de Jamie O’Neill, afirma que éste no es ni mucho menos el mejor de los relatos de O’Brien (siendo sus mayores exponentes, también publicados por Nórdica, La boca pobre o En nadar dos pájaros), no se puede decir que La vida dura sea un mal relato. Es un pequeño divertimento en que el autor, que escribe en primera persona, relata la vida de dos hermanos, Manus y Finbarr, que después de la muerte de su madre: “No es que haya conocido a mi madre solo a medias. Conocí solo la mitad de ella, la mitad inferior: su falda, piernas, pies, sus manos y muñecas cuando se inclinaba hacia delante. Creo recordar nebulosamente su voz. En aquel tiempo, naturalmente, yo era muy joven. Luego un día ella pareció desaparecer. Hasta donde yo recuerdo, se fue sin decir una sola palabra, ni adiós o buenas noches. (…)”, van a vivir con la familia de su medio tío, el señor Collopy, su mujer, la señora Crotty, y su hija Annie. (Por cierto, no dejar de leer la nota del traductor en el principio del libro, donde dice que “a fin de mantener en lo posible el sabor irlandés del libro, creímos conveniente no traducir la totalidad de los nombres propios de los personajes, hecho que tal vez ha mermado el corrosivo juego de doble sentido implícito”, pero si en la misma nota habla de los términos que dan origen a los personajes del relato, los traduce y da a relucir el doble sentido irónico de sus significados).

   Esta historia se desarrolla básicamente en la cocina de una casa de una típica familia irlandesa, lugar en el que se desarrolla el acontecer diario: mientras elabora sus tareas escolares diarias, relata los diálogos entre Collopy y el Padre Fahrt, sobre religión o sobre la vida ciudadana de Dublín, o va descubriendo aquello que los italianos llaman furbizia (astucia) en la personalidad y actos de su hermano Manus, ese hermano que deja la escuela y que, incluso va a Londres, para hacer aquello que le place: ser rebelde a la convencionalidad, que es capaz de jugar a las apuestas, de vender cursos por correspondencia de cualquier tipo, cuyo contenido extrae de libros que coge de la Biblioteca Nacional, de emprender negocios un tanto turbios, como la venta del Agua Grávida, ese bebedizo que Collopy toma para mejorar de sus males, y que provoca un inesperado final, o esa peregrinación a Roma que organiza para Collopy y Fahrt…, y que se resume en las cartas que el hermano le envía para relatar lo acontecido.

   Todo ello con una mezcla de realismo con ese humor, a veces cargado de ironía, una mezcla de la realidad con toques de fantasía: o sea, todo aquello que compone a un buen relato. Lo recomiendo.





El tiramisú

   “Per preparare il tiramisù, dividete gli albumi dai tuorli, aggiungete ai tuorli metà dello zucchero e montate con uno sbattitore elettrico dotato di fruste fino ad ottenere un bel composto chiaro, spumoso e cremoso.

   Aggiungete il mascarpone al composto di tuorli, quindi occupatevi degli albumi: montateli, aiutandovi con una planetaria o sempre con uno sbattitore elettrico, e quando saranno semimontati aggiungete l’altra metà dello zucchero a pioggia e continuate a montare finchè non saranno a neve ben ferma. Una volta che gli albumi saranno montati alla perfezione aggiungiateli al composto di tuorli, zucchero e mascarpone. Fate questa operazione delicatamente, mescolando dal basso verso l’alto, con un cucchiaio in modo da non smontare gli albumi.

   Ora che la crema è pronta, disponetene un cucchiaio sul fondo di ogni coppetta, oppure in un’unica teglia, passate i savoiardi nel caffè facendo attenzione a non inzupparli troppo, quindi sistemateli nella coppetta tagliandoli secondo la forma del contenitore.

   Disponete un cucchiaio di crema sopra i savoiardi, livellate la crema e ricoprite con un altro strato di savoiardi imbevuti nel caffè se i primi li avete disposti verticalmente, questi ultimi poneteli orizzontalmente (e viceversa), livellate bene e spolverizzate con il cacao amaro in polvere. Se volete potete cospargere la superficie della coppetta con qualche ricciolo di ciocolatto. Riponete in frigo per qualche ora per far compattare il dolce e... Buon appetito!”

(Receta en italiano extraída de la página web de cocina Giallozafferano.it)

   Por primera vez, introduzco en el blog una receta, y para comenzar, un postre: el famoso tiramisú italiano. En primer lugar, he querido poner la preparación del postre en su idioma original, pero ahora voy a hacer lo propio en castellano, donde adjuntaré alguna parte de la receta, que considero que no está contemplada en el texto en italiano.

   El tiramisú es uno de los dulces más preciados y, aunque parezca fácil su preparación, no lo es, pues la crema debe estar muy bien montada, los bizcochos no demasiado rebañados de café y el resultado debe quedar muy bien compactado, lo cual no es fácil.

   Los ingredientes para unas seis personas: dos claras de huevo, cuatro yemas, cien gramos de azúcar, cuatrocientos gramos de queso mascarpone, de dieciséis a dieciocho bizcochos de soletilla, ciento cincuenta gramos de café, chocolate negro y cacao en polvo, a poder ser cacao amargo. Se puede añadir un poco de licor al café, tal como amaretto, o algún licor de hierbas, aunque hay quien le pone un vino dulce, tipo oporto, sherry o marsala.

   En primer lugar, se prepara una cafetera de café bien potente y de buena calidad, para que los bizcochos bañados en él queden con un gusto bien fuerte, y se deja enfriar. Al resultado, le añadiremos, si queremos darle un toque de licor, el amaretto, el licor de hierbas o el vino dulzón, según nos plazca.

   Para preparar el tiramisú, se separan las claras y las yemas de los huevos, y a éstas se le añade la mitad del azúcar y se montan con una batidora eléctrica hasta que tenga una consistencia clara, espumosa y cremosa. A partir de este momento, se le añade el mascarpone y se sigue batiendo.

  Una vez añadido el mascarpone al compuesto de yemas y azúcar, nos ocupamos de las claras, montándolas con la batidora eléctrica, y cuando estén semimontadas, añadir la otra mitad del azúcar y se continua montando hasta que no estén al punto de nieve. Una vez que las claras estén montadas a la perfección, se añaden lentamente al compuesto de yemas, azúcar y mascarpone, de forma delicada, mezclándolo con una cuchara de manera que no se desmonten las yemas y mezclamos bien.
   En el momento en que la crema esté lista, se va vertiendo con una cuchara sobre el recipiente dispuesto, una fuente, por ejemplo, y sobre una tira de bizcochos de soletilla, dispuestos al fondo de la fuente, una vez bañados (sin estar demasiado rebañados) con el café y el licor. Una vez vertida sobre la capa de bizcochos, se nivela la crema y se recubre con otro estrato de bizcochos bañados en café. Si la primera capa se dispuso de forma vertical, la siguiente capa ponerla de forma horizontal (y viceversa), nivelándolo bien y espolvoreándolo con el cacao amargo en polvo. Si se quiere se puede adornar con algún toque de chocolate esparcido por encima del dulce.

   Poner en el frigorífico durante un periodo de unas cuatro horas, aproximadamente para compactar el dulce, aunque siempre es recomendable darle más tiempo, incluso de un día para otro, para que se compacte bien y el bizcocho se empape bien de los ingredientes.


   Y a partir de ahí, al buche, y ¡Buen apetito!



La llegenda de la Cova d’en Xoroi

Un dels llocs més emblemàtics a l’illa de Menorca, tant de dia com, sobretot, als capvespres i a les nits és l’anomenada Cova d’en Xoroi, situada al litoral sud de l’illa, a la urbanització de Cala en Porter, al municipi d’Alaior.

   Una de les més boniques postes de sol a Menorca, junt amb la de Punta Nati, és, sens dubte, la que es veu als bells penya-segats on es forada l’anomenada Cova, i que donen un aire crepuscular, ataronjat, a les esblanqueïdes roques, i donen un aire romàntic a un lloc que guarda, sens dubte, una bonica llegenda d’amor, la llegenda d’en Xoroi, que us passo a contar.

   Diuen que en Xoroi era el supervivent, probablement, d’un naufragi d’una embarcació de moriscs o de pirates berbers, que sovintejaven les costes de les Balears, fent incursions per obtenir botins fructuosos. Sigui com sigui, el seu origen, va aparèixer a les costes menorquines, portat per les ones de la mar Mediterrània.

   Quan va arribar a la costa, es va refugiar en les coves foradades en un dels penya-segats del sud de l’illa. Com no tenia res per menjar, i li venia la gana, es va dedicar a robar en les cases de camp i a les terres de conreu, tot tipus de viandes que podia aconseguir: des dels productes de la terra, com petits animals domèstics que, evidentment, li saciaven la gana que tenia. Quan ja havia obtingut el fruit de les seves incursions, tornava a la cova a amagar-se, perquè pel seu origen probablement els illencs l’haguessin reconegut i l’haguessin culpat de les rapinyes fetes en les seves hisendes.

   Fora com sigui, en les seves incursions es va enamorar d’una jove que estava a punt de casar-se. Li va semblar tant bella la noia que, amb el seu consentiment o no, la va raptar, i la noia va desaparèixer, sense saber-se res més d’ella durant anys i panys.

   Com seguien tenint gana, els petits furts continuaren i sovintejaren, cada vegada amb més freqüència i augmentant la quantitat de les coses desaparegudes.

   Sigui com sigui que fos, un hivern va nevar molt a l’illa. Els illencs, de sobte, descobriren que després de sofrir els furts, apareixien sobre la neu petjades sospitoses que conduïen cap als penya-segats, i seguiren aquesta pista fins a les coves.
   Allí varen trobar en Xoroi, a la noia (ja dona) que havia desaparegut fa anys, i tres fills, fruit de la seva relació.

   Al veure’s acorralats per les seus perseguidors, en Xoroi i el major dels seus fills, es van llençar penya-segat avall, desapareixent en les aigües del mar, no tornar a saber-se res més d’ells.

   La dona i els altres dos fills, abatuts i desconsolats per la desaparició i mort dels seus estimats, van ser portats a Alaior, on van conservar aquesta bonica llegenda d’amor, i on es diu que es conserven els descendents dels descendents d’en Xoroi.

   Avui en dia, les coves són visitables, una espècie de mirador obert sobre el mar, un tall veritable als penya-segats. La visita és molt recomanable, sobretot al vespre, a la posta de sol, on es veu una de les millors de l’illa (això si, si voleu situar-vos en un lloc privilegiat per la seva visió, no heu d’arribar gaire tard, si no la gentada no us deixarà veure amb tot el seu esplendor, la posta de sol). Asseguts en una de les petites terrasses, es pot contemplar l’ocàs i fer-ne una bonica foto. L’entrada és de pagament, i inclou un refresc o cervesa. Val la pena fer la despesa. És molt bonic, i la sensació d’estar suspesos sobre la mar és impressionant, sobretot en dies d’onatge i d’oratge, per la sensació de tenir a sota el mar remogut i sentir el seu flaire.

   Per les nits es transforma en una de les discoteques més de moda de Menorca.


   I així és com és, un dels llocs emblemàtics i més visitats de Menorca. Si hi aneu, no us defraudarà.