Hoy os recomiendo la lectura de un libro del que un compañero de trabajo me ha recomendado su lectura. Se trata de La escarcha sobre los hombros, de Lorenzo Mediano, publicado en Onagro Ediciones. Se trata de una narración sobre el amor, el odio y la rebelión contra los avatares y la fatalidad de haber nacido rico o pobre en una aldea del Alto Aragón. La historia de Ramón de Casa Badiello y de Alba de Casa Torrera transcurre en un mundo casi ya extinto, un retrato de la sociedad ancestral aragonesa, muy ligada a la tierra y a la casa, al señor y a sus sirvientes, pastores, ganaderos, a una sociedad autárquica que ya ha pasado prácticamente a la historia. La rebelión de uno de esos segundones contra el orden establecido de siglos es la esencia de esta historia, que resulta de una narración interesante y de la que uno no puede dejar sin leer.
Para que comprendáis un poco el funcionamiento de esa estructura tradicional en la sociedad de los valles pirenaicos, os recomiendo que leáis lo que a continuación os transcribo, que es parte de un libro de Severino Pallaruelo Campo, Guía del Pirineo Aragonés.
La "casa", institución fundamental
En cada aldea, lugar o villa, tanto si pertenecía a un valle con fuertes instituciones comunitarias como si se situaba en los territorios meridionales, toda la vida económica y social se organizaba en torno a la "casa". La "casa" está formada por las tres generaciones que conviven en la misma vivienda, por los criados y pastores, por los rebaños, las tierras y los edificios agrícolas y ganaderos. La "casa" lo ha sido todo en el Alto Aragón, donde el poder, la vida, la fama y aún la responsabilidad no eran personales sino colectivas, recayendo siempre en la "casa", cuyo jefe supremo, el "amo" trasmitía su poder a uno sólo de sus hijos o hijas.
Todos los estudiosos del tema coinciden en reconocer que la "casa" altoaragonesa es una institución con origen bajomedieval. Los documentos que regían las bases de cada casa y la continuidad de la misma eran las capitulaciones matrimoniales que firmaban el futuro "amo" y la futura "dueña" de la casa cuando se casaban. En este terreno es asombrosa la continuidad histórica: son muchas las "casas" del Sobrarbe y la Ribagorza que pueden mostrar todas las capitulaciones matrimoniales de veinte generaciones de amos de la "casa", desde finales del siglo XV o comienzos del XVI hasta nuestros días. Nada cambia en estos documentos, siempre los mismos acuerdos, las mismas cláusulas siglo tras siglo, mostrándonos una vida social y económica que apenas ha sufrido cambios en quinientos años.
(...)
En el siglo XX, cuando terminó la trágica Guerra Civil entre los españoles (1936-1939), el Alto Aragón seguía anclado en la tradición. La familia patriarcal y la "casa", la autarquía y el aislamiento, las viejas lenguas y las antiguas instituciones, incluso conocieron un cierto resurgir con el aislamiento posbélico que sufrió España. Pero estas sociedades tenían ya en su interior el germen de su propia destrucción: habían empezado a construirse centrales hidroeléctricas, canales y presas; llegaban inversiones del exterior y las carreteras cruzaban sierras y collados hasta alcanzar el corazón mismo de los valles más aislados. SPC
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