Leyendo el Magazine de la Vanguardia, del día 15 de julio de 2012, el artículo de María Dueñas, Sesenta años no es nada, me ha hecho recordar que, tal como deja entrever la autora en el artículo, aquellos estereotipos que la gran película de Luis García Berlanga Bienvenido, Mr Marshall marcaban en la realidad española de posguerra, pues la verdad, tampoco han cambiado demasiado. Si los tiempos han cambiado, el país, evidentemente, se ha modernizado y se ha acercado a un país digno del siglo XXI, pero los viejos tics del pasado siguen siendo los del presente, y con Eurovegas se ha demostrado que las cosas no han cambiado.
Si, como dice la autora "en estos días convulsos en los que nos asaltan las noticias sobre países poderosos que abren la espita con condiciones; sobre trincones de calaña diversa, intermediarios espabilados, políticos que prometen y no cumplen, pobres gentes ahogadas por las deudas y tonadilleras envueltas en asuntos de dineros públicos, he vuelto a pensar en la película y en lo patético que ha sido todo lo que nos ha pasado". Todo ello me ha hecho pensar en Eurovegas, y lo patético de la competición entre Barcelona y Madrid, como si al simple ciudadano de a pie nos importara mucho. Pan para hoy hambre para mañana. Ver a los políticos rebajándose ante el Mr Marshall moderno, Mr Adelson y compañía, poniendo terrenos que han se ha preservado hasta ahora de la especulación inmobiliaria a su disposición, a una persona que está siendo investigada por tener contactos con narcotraficantes, cambiando las normas sobre el juego o sobre la prohibición de fumar, o otras tantas cosas que Mr Adelson pone como condición para situar Eurovegas en nuestro panorama nacional... No tuvieron bastante con la gran estafa de Gran Scala en los Monegros. No es suficiente engañar a la gente, prometiendo un chorreo de puestos de trabajo, para luego imponer sus condiciones y hacer lo que les dé la real gana. No hemos tenido bastante ya con la estafa que nos han impuesto los bancos, la Administración con sus fastos derroches, como construir aeropuertos sin aviones, y trenes sin pasajeros. Que no vemos que los americanos nos vuelven a hacer lo mismo: carga para nosotros, beneficio para ellos. Tenemos que reaccionar y dejar de ser esos palurdos que confiamos en que el amigo americano nos va a colmar de beneficios, para ver la realidad: delincuencia, corrupción, evasión fiscal, nepotismo..., tantas cosas que empiezo a pensar en ver a nuestros políticos, ataviados con el sombrero cordobés (o mejicano), rindiendo pleitesía al Mr Adelson de turno, diciendo aquello de "queridos conciudadanos, hay una cosa que tengo que decir...", y tal como dice María Dueñas "Incluso los más lúcidos del pueblo - el médico, la maestra, el cura, el hidalgo local- acabaron por tragar y creyeron que todo iba a ser verdad, que aquellos señores, representantes públicos y empresarios privados, velaban generosamente por el bien común. Hasta que pasó lo que pasó, y todos se lavaron las manos." Y esto es lo que pasará... Se elegirá entre Barcelona o Madrid, pasará lo que pasará, y entonces todos se lavarán las manos. Y entonces para rematar, María Dueñas dice "parece que han trascurrido siglos desde que se rodaron esas escenas, no nos reconocemos en ellas. Volvemos a ver la vieja película tan sólo como una sátira agridulce y demoledora de un pasado cercano al pleistoceno. Pero, a poco que pongan los momentos en paralelo, verán que hemos sido igual de incautos sesenta años después..."
Perquè no volem Eurovegas...
Perquè no volem la destrucció del parc agrari del Delta del Llobregat...
Perquè no volem més especulació...
Perquè no volem que es vulnerin els drets i les obligacions de les persones...
Perquè no volem paradisos ni evasió fiscal...
Perquè no volem delinqüència, ni prostitució, ni corrupció...
NO A EUROVEGAS
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