domingo, 19 de agosto de 2012

Canfranc y la travesía central pirenaica: ¿historia de un fracaso anunciado?



   La localidad altoaragonesa de Canfranc parece abocada a una historia de mal fario.




La estación de Canfranc, muestra de un terrible abandono


Al incendio del siglo XVII de la primitiva Canfranc, le sucedió otro, en junio de 1944, en el que se incendió la práctica totalidad de las casas de la población. Se hizo un intento de reconstruir el pueblo, que se quedó en eso, pues tras una suscripción nacional para la reconstrucción, los fondos recaudados desaparecieron en uno de esos misterios que sólo nuestro país puede generar (parece ser que la corrupción, la desviación de fondos y la apropiación indebida no son patrimonio de nuestra época…, en este país no aprendemos…). Como el pueblo viejo no se reconstruyó, la población se desplazó al núcleo nacido alrededor de la Estación Internacional de Canfranc, denominado los Arañones, donde se edificaron bloques de viviendas para su alojamiento. Hoy en día es un importante núcleo turístico junto a la estación de esquí de Candanchú y Astún, y a la espera de que se va a hacer con ella, tiene como principal atractivo la Estación Internacional de Canfranc. Pero ahí va la segunda parte de la “mala suerte” canfranera.
A ello, se le une el abandono de la Estación Internacional, rodeada de maleza y polvo, a la que las constantes reivindicaciones aragonesas quieren resucitar. Cada año, se suceden manifestaciones a favor de la reapertura de la línea Zaragoza-Canfranc-Francia, pero las autoridades francesas se niegan una vez y otra, alegando motivos económicos y, sobre todo, medioambientales. De majestuosa presencia, más propia de una gran capital que de un rodal de alta montaña, se inauguró en 1928, en presencia del rey Alfonso XIII, teniendo desde entonces una historia más de bajos que de altos, hasta que en 1970, un descarrilamiento en el lado francés, en el puente de l’Aragnouet, poco antes del túnel de Somport, causó el cierre de la línea en lado francés, con lo cual la estación prácticamente echó el cierre. Hoy sólo llegan dos o tres trenes diarios desde Zaragoza, en una de esas historias de abandono de líneas de tren, que en Aragón conocen demasiado bien.
Pero, ¿por qué saco a colación el abandono de Canfranc, o de la Estación Internacional en concreto? ¿Por qué intento formar una analogía entre lo pasado en Canfranc con la travesía central interpirenaica, que Fomento intenta imponer a Europa como eje prioritario?
Una serie de comunidades, pero sobre todo la aragonesa, ve un peligro para su desarrollo en que se priorice el eje mediterráneo, que una Andalucía con Catalunya y Francia, a través de Murcia y la Comunidad Valenciana, y ha tenido importantes valedores tanto en el gobierno del PSOE como en el del PP, para la proposición como eje prioritario de la travesía central para transporte de mercancías entre el puerto de Valencia, el sur y centro de España, la importante área logística de Zaragoza (PLAZA) y Toulouse, a través del túnel de Somport o desde uno nuevo perforado bajo el Vignemale. Pero esa idea no gusta en París, y la decisión europea dependerá, en gran medida, de lo que decida el gobierno francés.
Aquello que fue promesa en Aragón, junto con no volver a plantear de una forma explícita el transvase del Ebro, corre riesgo de quedarse de nuevo en papel mojado, y las tierras de Canfranc, de nuevo en cierre definitivo.
Pero, ¿por qué no se plantean otras alternativas que serían tan favorables o más para las aspiraciones aragonesas que realizar ese megaproyecto, que además de no ser medioambientalmente asumible, resultaría de un coste presupuestario faraónico, y que además cuenta con la negativa francesa para su realización? ¿Por qué no plantear una unión del eje mediterráneo, con sus importantes infraestructuras, como el puerto de Valencia o la industria catalana y valenciana, con el eje atlántico, con el puerto de Bilbao, la industria vasca, el puerto de Santander, la unión con el AVE de Madrid y el centro y sur de España con el País Vasco? ¿Por qué tanto miedo a que existan infraestructuras de ancho europeo que no sean radiales, que no pasen por Madrid? ¿Qué se nos escapa con ello? Imaginad que importante sería para Zaragoza y su plataforma logística PLAZA que una línea de tren de alta velocidad, que combinara pasajeros y mercancías uniera el Levante español con el norte de España, pasando por Logroño y Pamplona, importantes ejes industriales también, y enlazaran con la Y vasca y el AVE que viniera de Castilla, Madrid y Andalucía. Mucho más que atravesar el Pirineo con una línea que no interesa y que está abocada al fracaso.
Si queremos reflotar Canfranc, hay que priorizar las líneas regionales e incluirlas en un proyecto factible y asumible, ligado a un proyecto turístico conjunto con el lado francés. A  eso, hay que añadir la despolitización del AVE y trabajar con criterios más económicos y geográficos…, y quitarles el dulce a los políticos, sobre todo a los victimistas, va a ser difícil. Siempre va a haber un motivo de queja o de agravio respecto a otras tierras. Hay que asumir cuando una cosa no es rentable ni factible. Tanto como asumir el fracaso anunciado de este proyecto…, y la Estación Internacional es triste testigo de ello.

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