La localidad altoaragonesa de Canfranc parece abocada a una historia de
mal fario.
La estación de Canfranc, muestra de un terrible abandono |
Al incendio del siglo XVII de la
primitiva Canfranc, le sucedió otro, en junio de 1944, en el que se incendió la
práctica totalidad de las casas de la población. Se hizo un intento de
reconstruir el pueblo, que se quedó en eso, pues tras una suscripción nacional
para la reconstrucción, los fondos recaudados desaparecieron en uno de esos
misterios que sólo nuestro país puede generar (parece ser que la corrupción, la
desviación de fondos y la apropiación indebida no son patrimonio de nuestra
época…, en este país no aprendemos…). Como el pueblo viejo no se reconstruyó,
la población se desplazó al núcleo nacido alrededor de la Estación
Internacional de Canfranc, denominado los Arañones, donde se edificaron bloques
de viviendas para su alojamiento. Hoy en día es un importante núcleo turístico
junto a la estación de esquí de Candanchú y Astún, y a la espera de que se va a
hacer con ella, tiene como principal atractivo la Estación Internacional de
Canfranc. Pero ahí va la segunda parte de la “mala suerte” canfranera.
A ello, se le une el abandono de
la Estación Internacional, rodeada de maleza y polvo, a la que las constantes
reivindicaciones aragonesas quieren resucitar. Cada año, se suceden
manifestaciones a favor de la reapertura de la línea Zaragoza-Canfranc-Francia,
pero las autoridades francesas se niegan una vez y otra, alegando motivos
económicos y, sobre todo, medioambientales. De majestuosa presencia, más propia
de una gran capital que de un rodal de alta montaña, se inauguró en 1928, en
presencia del rey Alfonso XIII, teniendo desde entonces una historia más de
bajos que de altos, hasta que en 1970, un descarrilamiento en el lado francés,
en el puente de l’Aragnouet, poco antes del túnel de Somport, causó el cierre
de la línea en lado francés, con lo cual la estación prácticamente echó el
cierre. Hoy sólo llegan dos o tres trenes diarios desde Zaragoza, en una de
esas historias de abandono de líneas de tren, que en Aragón conocen demasiado
bien.
Pero, ¿por qué saco a colación el
abandono de Canfranc, o de la Estación Internacional en concreto? ¿Por qué
intento formar una analogía entre lo pasado en Canfranc con la travesía central
interpirenaica, que Fomento intenta imponer a Europa como eje prioritario?
Una serie de comunidades, pero
sobre todo la aragonesa, ve un peligro para su desarrollo en que se priorice el
eje mediterráneo, que una Andalucía con Catalunya y Francia, a través de Murcia
y la Comunidad Valenciana, y ha tenido importantes valedores tanto en el
gobierno del PSOE como en el del PP, para la proposición como eje prioritario
de la travesía central para transporte de mercancías entre el puerto de
Valencia, el sur y centro de España, la importante área logística de Zaragoza
(PLAZA) y Toulouse, a través del túnel de Somport o desde uno nuevo perforado
bajo el Vignemale. Pero esa idea no gusta en París, y la decisión europea
dependerá, en gran medida, de lo que decida el gobierno francés.
Aquello que fue promesa en
Aragón, junto con no volver a plantear de una forma explícita el transvase del
Ebro, corre riesgo de quedarse de nuevo en papel mojado, y las tierras de Canfranc,
de nuevo en cierre definitivo.
Pero, ¿por qué no se plantean
otras alternativas que serían tan favorables o más para las aspiraciones
aragonesas que realizar ese megaproyecto, que además de no ser
medioambientalmente asumible, resultaría de un coste presupuestario faraónico,
y que además cuenta con la negativa francesa para su realización? ¿Por qué no
plantear una unión del eje mediterráneo, con sus importantes infraestructuras,
como el puerto de Valencia o la industria catalana y valenciana, con el eje
atlántico, con el puerto de Bilbao, la industria vasca, el puerto de Santander,
la unión con el AVE de Madrid y el centro y sur de España con el País Vasco?
¿Por qué tanto miedo a que existan infraestructuras de ancho europeo que no
sean radiales, que no pasen por Madrid? ¿Qué se nos escapa con ello? Imaginad
que importante sería para Zaragoza y su plataforma logística PLAZA que una
línea de tren de alta velocidad, que combinara pasajeros y mercancías uniera el
Levante español con el norte de España, pasando por Logroño y Pamplona,
importantes ejes industriales también, y enlazaran con la Y vasca y el AVE que
viniera de Castilla, Madrid y Andalucía. Mucho más que atravesar el Pirineo con
una línea que no interesa y que está abocada al fracaso.
Si queremos reflotar Canfranc,
hay que priorizar las líneas regionales e incluirlas en un proyecto factible y
asumible, ligado a un proyecto turístico conjunto con el lado francés. A eso, hay que añadir la despolitización del AVE
y trabajar con criterios más económicos y geográficos…, y quitarles el dulce a
los políticos, sobre todo a los victimistas, va a ser difícil. Siempre va a
haber un motivo de queja o de agravio respecto a otras tierras. Hay que asumir
cuando una cosa no es rentable ni factible. Tanto como asumir el fracaso
anunciado de este proyecto…, y la Estación Internacional es triste testigo de
ello.
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