Amigos, la crisis nos está poniendo en la peor de las situaciones que podíamos pensar, hace unos años, cuando la economía española crecía a niveles desmesurados, cuando estábamos en la Champions League de las economías europeas y mundiales, con el mejor de los sistemas financieros del mundo,… Cogimos el tren con un ritmo frenético, pasando por la estación del Éxito, la estación del Crecimiento, la estación de la Expansión, la estación del Consumismo, la estación del Desarrollo Urbanístico Acelerado,…, pero como esta línea de tren es larga, nos topamos con una cuesta arriba, como una larga cuesta de Enero, y hemos llegado a las estaciones de la Crisis, el Déficit, la Pobreza,…, la Desesperanza. El tren se ahoga, el ritmo decrece, y llegar a la cumbre de la cuesta nos está costado sangre, sudor y lágrimas. Se ha sumido a nuestra sociedad en una situación de desesperanza tan grande, que estamos sumidos en una situación de rabia contenida, conformismo impuesto por la falta de perspectivas y una situación cuasi depresiva, en la cual no vemos el final de la cuesta ni el final del túnel, donde se vea la luz. Hay esta situación de desesperanza, hay una falta de perspectivas halagüeñas y que, sobre todo, esto nos conduce a una pérdida de valores que puede desembocar en situaciones de peor calado en nuestra sociedad.
En estos dos últimos años, hemos aprendido el significado, casi marcado en la piel como un tatuaje o como una marca de ganadería, de las palabras déficit, austeridad, prima de riesgo, recortes y el rescate…, alguna de ellas, como la prima de riesgo, una palabra que nadie conocía, fuera de los ámbitos financieros, se ha hecho tan cotidiana que en cualquier tertulia se habla de ella, como si fuera de la familia. Todo lo que nos ha llevado cuesta arriba, que hace que el tren no tire, le cueste subir y alcanzar la cima, ha hecho que hay una pérdida de confianza y una pérdida de valores, que puede llevar a la extremización de la sociedad.
En el nivel económico-social, la reducción del déficit público ha llevado a la política de recortes y a la subida de impuestos más importante hecha durante la historia. Las políticas de austeridad han llevado sí a la reducción del déficit pero, ¿a costa de qué y de quién? La subida de impuestos, ¿a quién ha afectado más? No a las clases más altas, sino, sobre todo, a las clases medias y a las clases populares, que ven aumentado su ahogo para afrontar pagos básicos y a sobrevivir en sus negocios. Ha aumentado el paro, sólo en 2012, en 900.000 personas, hasta el nivel de 6.000.000 de parados, demostrándose así la ineficacia de la reforma laboral, con la cual sólo se ha favorecido al empresariado con la reducción de los costes sociales de las empresas. Con los recortes hechos por la Administración y el pago de servicios básicos, como la sanidad o la educación, ha hecho aumentar las listas de espera, se ha implantado el copago sanitario de recetas, de ortopedia, del transporte sanitario, el euro por receta de Catalunya y la más que probable privatización de los servicios que se prepara en Madrid (exportable a otras comunidades, recordad esto, que probablemente será así),…, eso añadido a criterios de privatización y de promoción de la educación concertada en detrimento de la educación pública y gratuita, aumento de las tasas universitarias, que hará que sólo una élite pueda acceder a unos estudios… También el fin de la justicia gratuita, con la imposición de tasas judiciales a trámites que hasta ahora no se costeaban,…
El aumento de los ERE y de los despidos masivos, a lo que se añade la limitación a las prestaciones por desempleo, la rebaja de sueldos y pérdida de poder adquisitivo de pensionistas y funcionarios, hace crecer la incertidumbre y a temer el aumento del riesgo de exclusión social, y ha hecho aumentar el nivel de pobreza y, lo más preocupante, el nivel de pobreza infantil. Hay niños que sólo hacen una sola comida importante al día, lo que hace crecer también el riesgo de desnutrición. De hecho, la desaparición de las becas comedor puede que les sustraiga a muchos niños la posibilidad de tener la única comida importante. También se han limitado otros subsidios que corren en este sentido.
Las medidas de austeridad no han favorecido el crecimiento, no ha favorecido la creación de empleo. Hay un importante paro juvenil, que supera el 50%, y se está produciendo un aumento de la emigración de los jóvenes más preparados, hastiados por la poca inversión en I+D+i en este país, a lo que se añade que la austeridad no da margen para medidas de incentivación del empleo y de la incentivación de la emprendiduría, a lo que se añade la falta de crédito bancario, lo que conduce al cierre de empresas y comercios. A eso se añade la subida de impuestos y tasas, como el IVA (del cual tampoco se ha cambiado el criterio de recaudación del devengo al de caja), y que no existen compensaciones de ningún tipo, lo cual, junto al descenso del consumo, ha hecho caer la recaudación, en los ingresos que el Estado tiene, y que se repercute, sobre todo, en las PYMES y en los comerciantes, en las maltrechas clases medias.
Sobre las clases populares, sobre la que también recae el efecto de recortes, subida de impuestos, falta de trabajo, la falta de crédito de los bancos, aumento de la pobreza,..., ha recaído también el drama de los desahucios, en el cual los bancos, verdaderos culpables de la crisis, que se han llevado la gran parte del pastel de ayudas gubernamentales y europeas, para luego no dar crédito ni a ciudadanos ni a empresarios ni profesionales, a los que no se ha abierto apenas línea de crédito. Los suicidios de personas en situación límite por los desahucios han sido un lastre doloroso para este 2012 que se acaba.
Políticamente, al incumplimiento sistemático de las promesas de Rajoy, al que disculparemos parcialmente, porque desgraciadamente gran parte de las medidas le han venido impuestas por Frau Merkel y sus secuaces, que están laminando a los gobiernos "díscolos" y están provocando la pobreza extrema de sus habitantes. Pero es una disculpa parcial. Podría haber encaminado las reformas y los recortes de otra manera, además de hacer pagar la culpa a los verdaderos culpables: los especuladores inmobiliarios y financieros, los bancos y las entidades financieras y a los evasores fiscales (a los que, por cierto, ha amnistiado).
Pero además hay que añadir el descrédito político: los innumerables casos de corrupción, la falta de confianza en unos políticos que se dedican a dormir o a jugar a los Apalabrados, o con el móvil, mientras se toman decisiones importantes, o se dicen cosas de los parados, como el famoso "que se jodan" de Andrea Fabra, cuando viven de nosotros y para gestionar los asuntos de todos nosotros. La falta de alternativas válidas hace que la desconfianza sea total, con el riesgo de que crezcan los extremos hacia la derecha y hacia la izquierda, que hagan aumentar la conflictividad social. Ha habido huelgas generales, ha habido convocatorias de movimientos como el 15-M, Rodea el Congreso, y una gran manifestación en Barcelona, para la independencia de Catalunya, que no es más que la respuesta de un constante hastío de los ciudadanos hacia su clase política y ante la situación de crisis económica acuciante que nos acecha.
A esto, tenemos que llegar a la Estación ESPERANZA. Porque esto es lo único que no nos pueden quitar. Ni la esperanza ni la felicidad. Aunque la situación es difícil, tal como hemos descrito hasta ahora, hay cosas que no nos pueden recortar, ni economizar, ni expropiar. Esperanza, felicidad, solidaridad y cooperación. Esto es nuestra respuesta a todos estos hechos y personajes que intentan monopolizarnos. Solidaridad es cuando se recogen toneladas de alimentos por el Banco de Alimentos. Solidaridad es cuando se dan más de 10.000.000 euros para la investigación contra el cáncer. Solidaridad es cuando se dan más de 5.000.000 euros contra la pobreza. Solidaridad es aquello en que trabajan miles de voluntarios de Cruz Roja, Cáritas y otras muchas organizaciones no gubernamentales. Solidaridad es cuando hay voluntarios que cuidan de personas ancianas, cuando hay movimientos que promueven favores o acciones entre personas.
Si hay falta de confianza en nuestros gobiernos, en lo que seguro que no hay falta de confianza en el espíritu entre ciudadanos, de la solidaridad, de la cooperación. Se ve también en los movimientos ciudadanos contra los desahucios. La gente combate el hastío con solidaridad, con espíritu de colaboración. Y es este espíritu el que nos tiene que hacer empujar hacia adelante la sociedad. Debemos utilizar este espíritu para continuar, para afrontar los deberes que nos marca este futuro tan negro que nos pintan. Sólo este espíritu nos puede llevar hacia adelante a los ciudadanos, a los emprendedores,…, y esperar y desear que el año 2013 sea el del espíritu solidario, el del espíritu emprendedor,… y que nuestra clase política tome buena nota de ello y cambie su talante, y deje ya de ahogar a la gente con recortes, rebajas de sueldos y pensiones y subidas de impuestos y tasas, y empiecen a pensar en nosotros, los ciudadanos, si no quieren que el sistema explote y que la nave haga aguas por todas partes.
FELIZ AÑO 2013 A TODOS, CON MIS MEJORES DESEOS y nos vemos en la ESTACIÓN ESPERANZA.