La reciente matanza en la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut), en la que fallecieron unas 28 personas, asesinadas, la mayoría niños, por un sujeto armado, ha vuelto a reabrir el eterno debate sobre las armas en los Estados Unidos. La constante recurrencia de hechos como los acaecidos en Newtown, hace pensar sobre el porqué casi cada norteamericano cuenta con un arma en su casa, sobre su uso y, sobre todo, sobre su abuso; sobre como se comercializan y el porqué cualquiera, sin tener permiso de armas, puede tener acceso a ellas. Demasiados porqués para un tema que debería estar más regulado por la ley, para impedir el acceso a cualquiera de un arma de fuego que puede causar un tan gran número de víctimas. La cronología de los asesinatos en masa desde los años noventa es aterradora. Dejando aparte la matanza de Waco (Texas), las masacres en centros públicos es una constante:
- 16.10.1991 Killeen, Texas. 23 muertos y 20 heridos en una cafetería.
- 20.04.1999 Columbine, Colorado. 13 muertos y 24 heridos en un instituto.
- 29.07.1999 Atlanta, Georgia. 9 muertos y 12 heridos en un ataque a varias oficinas de inversiones.
- 15.09.1999 Fort Worth, Texas. 7 muertos y 7 heridos en una iglesia baptista.
- 21.03.2005 Reserva india de Red Lake, Minnesota. 9 muertos y 7 heridos en una escuela, habiendo asesinado antes a parte de su familia.
- 16.04.2007 Blacksburg, Virginia. 32 muertos y 17 heridos en un edificio académico.
- 05.11.2009 Fort Hood, Texas. 13 muertos y 32 heridos en una base militar.
- 08.01.2011 Tucson, Arizona. 6 muertos y 11 heridos en un mitin, en el que fallece la congresista Gabrielle Giffords.
- 20.07.2012 Aurora, Colorado. 12 muertos y 58 heridos en un cine, en el estreno de la película Batman.
- 05.08.2012 Oak Creek, Wisconsin. 6 muertos y 3 heridos en un templo sij.
- 14.12.2012 Newtown, Connecticut. 28 muertos en una escuela, la mayoría niños de corta edad.
A todo esto, hemos de añadir las imágenes constantes de violencia que se producen a diario en las calles de los pueblos y ciudades estadounidenses, en las que empuñar un arma es un acto de lo más común. No se trata de las imágenes de una película de cine… Es la más cruda de las realidades. Un país que aún mantiene en su legalidad una ley basada en el más profundo Far West, que aún prevé la compra de armas indiscriminada, por parte de cualquier persona mayor de edad (aunque el acceso a las armas por parte de menores de edad es cada vez más preocupante), con el pretexto de la autodefensa, como que aún temen el ataque de los sioux o de los arapajoes, en un país donde la policía primero dispara y luego pregunta, y que es una de las más armadas y preparadas del mundo. Un país que tiene cerca de 80 millones de armas de todo tipo a disposición de los ciudadanos, donde entrar en una tienda de armas es tan fácil, y no cabe ningún requisito previo para su compra. Yo mismo, si fuera ciudadano americano, podría entrar tranquilamente y comprar un arma, sin valorar si una persona es válida, sin hacer un previo test psicológico, sin valorar si uno tiene un motivo para tenerla, o sea, simplemente, sin regulación y con un puñado de dólares, puedes tener acceso a un arma automática para descargarla en cualquiera que se acerque a tu vera. Una verdadera política del miedo y la autodefensa, que puede permitir matar a cualquiera que te venga en capricho, como en el más lejano Oeste, o como los mafiosos de Al Capone en Chicago. Todo un éxito del maravilloso lobby armamentístico americano, encabezado por la poderosísima Asociación Nacional del Rifle, que defiende a capa y espada (o mejor dicho, a rifle y revólver) cualquier intento de regular dicha desfachatez, que encarna esta estúpida tradición violenta de la sociedad norteamericana, y que legitima y justifica la existencia de este hecho tan espeluznante. Apelan a la responsabilidad de uno mismo para tener un arma, en una sociedad que vive completamente psicotizada por la inseguridad, que vive como bajo una constante amenaza interior y exterior que la atenaza, y que hace que muchos de sus ciudadanos tengan un arma, creyéndose así salvadores de su propia seguridad y de la de los demás, una sociedad que necesita de héroes que la salvaguarden, de personas que se crean únicas en el mundo y que con un arma bajo el brazo, justifican una superioridad que no demuestran, desde el hecho de tener que ir armados para defenderse como personas y como sociedad. Por mucho que estos días han corrido ríos de tinta sobre el tema de intentar regular la tenencia de armas, lo cierto es que el poderoso lobby ha conseguido que este debate se enfríe, e incluso hoy en día, se está entrenando, por ejemplo en Utah, a los profesores para que tengan un arma para defender a los niños de un ataque a la escuela. ¡Qué insensatez más grande! ¿Qué no existe un cuerpo policial? Pero es así, los lobbies de las armas consiguen todo lo que quieren. Aún se recuerda la imagen de Charlton Heston en la promoción de armas desde la Asociación Nacional del Rifle.
Pero los lobbies en Estados Unidos son muy poderosos. No sólo el lobby armamentístico. Se han creado unos grupos potentes, con un gran poder mediático y económico que se han apoderado de todas las decisiones políticas que se toman en el Congreso y el Senado americanos. Cualquier ley que se promulga ha pasado antes por las manos de una serie de grupos que las apoyan o rechazan, según sus intereses y no los intereses de la ciudadanía. Un verdadero peligro, sin duda. Y el de las armas es un ejemplo claro, pero también podríamos nombrar el de las farmacéuticas, o las industriales, etc. Lo malo es que esta costumbre se está exportando…, y no sólo será un asunto norteamericano, sino a nivel mundial, este de los lobbies o grupos de poder… Pero ya tendremos tiempo de hablar en otra entrada del blog…
Pero, de momento, la violencia es un pretexto para pedir que, de una vez por todas se acabe con este despropósito, y se regule la tenencia de armas en Estados Unidos.
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