lunes, 23 de marzo de 2015

El cierzo sopla sobre el secarral


Y el cierzo sopla sobre el secarral

Tierra seca, montes pelados
El cierzo sopla sobre el secarral
Arrastrando polvo y rastrojos
De esta maltratada tierra
Pueblos vacíos, casas abandonadas
Tejados hundidos, paredes desconchadas
Solo por ellas sube la hiedra
Tierras yermas, eras sin trigo
Corrales sin ganado, ya no se oye su sonido
Colegios sin niños, que jueguen a su vera
Ya solo quedan viejos, que lo añoran con tristeza
El cierzo sopla sobre el secarral
Que todo se lo lleva
La juventud, la vida
Y lo mejor de esta tierra.
(J.G. 2014)


Aragón, ¿desierto demográfico?

   La Comunidad Autónoma de Aragón ha sufrido, tradicionalmente, un proceso de despoblación continuada de su territorio, que ha llevado, por una parte, a la emigración de la población rural a otras comunidades autónomas, o bien han incrementado las pocas áreas urbanas de Aragón, especialmente la capital, Zaragoza, que ha sufrido un importante crecimiento, hasta el punto que más de las dos terceras partes de la población aragonesa reside en el área urbana de la capital, lo cual da la sensación de que Zaragoza es un “oasis” dentro del gran desierto poblacional de la comunidad aragonesa. Es en este punto donde entra el concepto de desertización para denominar el proceso por el cual la despoblación llega a dimensiones irrecuperables y una gran parte del territorio queda prácticamente despoblada, con consecuencias en el medio demográfico, pero también en el medio humano y socioeconómico del territorio, probablemente a causa, sobre todo, de una deficiente gestión y ordenación del territorio, que lleva a este grave problema. Es, sin duda, a partir de este punto a partir del cual debemos considerar la actualidad de un artículo publicado en ABC que habla de la desertización demográfica aragonesa y de los denominados “municipios terminales”, que analizaremos en un artículo que publicaré posteriormente.

   La situación de Aragón, aunque no es exclusiva de esta comunidad, pues sobre todo Castilla y León también padece esta situación de profundo desequilibrio poblacional, es de comunidades de profundo déficit poblacional, con una muy baja tasa de natalidad y una muy alta tasa de envejecimiento, que provoca que no haya renovación poblacional.

   Otro fenómeno que analizaremos, que también forma parte del mismo contexto de despoblación y causa de no renovación, es el de la elevada tasa de masculinidad de algunas comarcas, el del elevado número de solteros, como es el caso de Miedes, en la comarca de la Comunidad de Calatayud, que ilustra un caso que se da en muchos núcleos rurales de la comunidad aragonesa: la mayor emigración femenina ha llevado a que haya un gran número de varones solteros. Este fenómeno contribuye a la desertización poblacional, en gran medida, porque no hay renovación.

   También analizaremos el sobreenvejecimiento de la población y la elevada tasa global de dependencia que hay en la comunidad aragonesa.

   Analizaremos también la escasa densidad de población de gran parte de la comunidad aragonesa y como el hecho de no existir una red de ciudades ha contribuido a concentrar la población en unos escasos núcleos, y a la desertización del resto de la comunidad.

   Pero vamos a ilustrar esta situación en base a datos y hechos que constatan que Aragón es una de las comunidades autónomas más envejecidas de España y donde se produce una situación más avanzada de desertificación poblacional, pues una gran parte del territorio aragonés va camino de ser prácticamente un desierto demográfico, con una densidad de población bajísima.

Conceptos clave: desierto demográfico, envejecimiento, sobreenvejecimiento, tasa global de dependencia,  balance demográfico, ordenación del territorio, esperanza de vida, estructura por edad, tasas migratorias, índice de potencialidad, probabilidad de supervivencia y renovación poblacional, proyecciones demográficas, densidad de población, municipios terminales, red de estructuración urbana o red de ciudades.

   Nos basaremos en los datos que nos ofrece el Instituto Aragonés de Estadística y los que nos ofrece el Instituto Nacional de Estadística. Asimismo, leeremos atentamente el estudio que sobre este fenómeno realizó la institución del Justicia de Aragón, y que alertaba del grave problema que el sobreenvejecimiento de la población produce en todos los sentidos, pero sobre todo en el campo de los servicios sanitarios y sociales que la Comunidad Autónoma tiene y ofrece a sus ciudadanos. Trataremos a fondo este tema, y lo ilustraremos también con un video, extracto de la emisión del programa Repor de Televisión Española, sobre la problemática de los médicos rurales, centrado en los pueblos rurales de Aragón.

   Tal como dice el Justicia de Aragón en su informe, “uno de los problemas más graves a los que se enfrenta nuestra Comunidad Autónoma es el de su baja densidad demográfica unida a un desequilibrio territorial que concentra la población en unos pocos puntos y deja despobladas amplias zonas del territorio. Las consecuencias de este problema, agravado por las bajas tasas de natalidad que apuntan hacia una sociedad envejecida en un espacio territorial en gran parte despoblado, inciden no sólo en aspectos estructurales como en el desequilibrio del sistema de pensiones por la disminución de la población activa sino en el propio ámbito de los derechos de los ciudadanos. En este sentido, desde la perspectiva de la despoblación territorial, la situación descrita puede poner en peligro la accesibilidad de los ciudadanos a las prestaciones básicas de un Estado de bienestar: educación, salud, cultura.” (Informe del Justicia de Aragón, diciembre de 1999).

   Asimismo, advierte que “en Aragón, al menos desde hace dos décadas, el debate sobre la cuestión demográfica tiende a centrarse más en la distribución de la población…” – la desertización poblacional en el territorio – “…que en su crecimiento global, pese a que desde hace ya varios años el crecimiento real de la población aragonesa tiene signo negativo. Es sin duda razonable el predominio que la primera cuestión ha tenido, ya que pone de relieve la intensidad de un problema que es percibido como grave no sólo por las principales instituciones y fuerzas políticas aragonesas, sino también por gran parte de la ciudadanía”. (Informe del Justicia de Aragón, diciembre de 1999).

   Por tanto, el tema de la despoblación y lo que afecta a la ordenación del territorio es la primera base del estudio del Justicia, y del estudio que iniciamos, a través de una serie de posts dedicados a este tema, ya que el envejecimiento global de la población aragonesa y el sobreenvejecimiento territorial, y el crecimiento desigual de Zaragoza respecto del resto de la Comunidad, dependerá de las estrategias y de los recursos de que se vaya dotando a las unidades territoriales, que permitan que el crecimiento real de la población aragonesa tenga un saldo positivo.

   La ineficacia, hasta el momento, de planes sobre ordenación del territorio, la falta de una red de estructuración urbana real (de una red de ciudades), la falta de planes de desarrollo, y la ineficacia general de políticas demográficas, que hagan aumentar la población, hacen que Aragón sea inexorablemente, junto con Castilla y León, un verdadero desierto demográfico, con un “gran oasis”, Zaragoza, y unos pequeños oasis, que no estructuran la población, y que sean las comunidades autónomas con un mayor número de los denominados “municipios terminales”, o municipios en vía de extinción por sobreenvejecimiento poblacional y falta de renovación poblacional. Las soluciones a este problema no son fáciles de aplicar, pero debemos encontrarlas para intentar, por lo menos, estabilizar la pérdida de población y evitar el sobreenvejecimiento global de Aragón. En este estudio que iniciamos, pues, analizaremos los problemas que han llevado a esta situación e intentaremos aportar soluciones a éstos.

   Para acabar este post inicial sobre la temática poblacional en Aragón, un mapa ilustrativo de la profunda desigualdad territorial en Aragón: el mapa de la densidad de población por municipios y por comarcas de Aragón, donde se muestra la clara diferencia entre Zaragoza y su área de influencia y el resto de la Comunidad y, por tanto, muestra de una forma fehaciente, aquello que denominamos “desierto poblacional en el territorio”.


Densidad de población por comarcas 2011
Densidad de población por municipios 2011



Paraules espontànies: Amor



Amor,
et cerco amor,
arreu,
però no et trobo...

Encís,
l'encís dels teus ulls,
el teu esguard
que no em mira...

Petó,
els teus petons, 
sobre els meus llavis,
sobre el meu cos,
que no sento...

Amor,
et cerco amor,
arreu,
no et trobo,
mes el temps
em donarà la raó...

I llavors
et trobaré, amor,
com l'encís dels teus ulls,
del teu esguard,
i el sentir dels teus petons...

In memoriam




   La vida és com un rellotge de sorra, les nostres vides com una sala immensa, gran, plena de rellotges de sorra, com una gran sala de màquines, amb un capità que s'encarrega de posar-los en marxa quan neixem i donar-los la volta quan desapareixem i donar l'oportunitat a una nova vida.

   La sorra va caient, inexorablement, passant els dies, les hores, els minuts, els segons... No el podem dominar, el temps, tic tac tic tac, va passant, sense que sapiguem quan s'haurà esgotat la sorra del nostre rellotge, el temps de la nostra vida...

   M'agradaria ser un vent fort, un tremolor profund, que fes trencar tots aquests rellotges de la vida i ser etern en el no temps...

   Però això és impossible...

   L'única manera de ser etern, de moment, és el record, el record en aquells amb qui has compartit moments bons i no tan bons, però que et portaran per sempre en el seu record...

(A l'Esperança i a tots aquells que passen per la vida...)




viernes, 13 de marzo de 2015

TEMPUS FUGIT

Lo temps és breu



“Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra”

   El tiempo se escapa, como las nubes, como las naves, como las sombras…

   El tiempo huye, se escapa entre las manos cuando intentas atraparlo. ¿El tiempo existe? 

   La vida es una constante lucha contra el tiempo, pero no siempre somos conscientes de ello. 

   Cuando somos niños, no nos damos cuenta del tiempo, porque como niños que somos, sólo pensamos en jugar y son los mayores que tienen que dar cuenta del tiempo. Nos pasaríamos la vida jugando sin parar, sin tener en cuenta los relojes. Sólo el cansancio marca, en esa edad, el tiempo, y nunca tenemos suficiente, hasta caer rendidos.

   En la adolescencia y en la juventud, el tiempo se nos hace corto… Queremos experimentar la vida, conocer, saber, ser como la gente adulta. La experimentación en el amor, en las sensaciones de la vida, en conocer lo conocido, y lo desconocido, experimentar y ser rebeldes, incluso en lo prohibido. Nos falta tiempo. Somos conscientes de que existe, pero no queremos tener conciencia de ello… Las primeras borracheras, las primeras parejas, experimentar en el sexo, experimentar en la vida… 

   En la edad adulta, empezamos a ser conscientes del tiempo, del tiempo finito, del tiempo que se escapa entre los dedos de las manos cuando intentas atraparlo, y se esfuma… De que hay que vivir la vida, ya depende de cada uno: hay quien se acomoda a una vida de cotidianeidad, de rutina, hay quien sigue disfrutando de la vida, como si el mañana no existiera. Pero todos somos ya conscientes de que el tiempo está ahí, esa convención que nos hemos marcado, el tiempo cronológico, ese tic tac del reloj que va pasando, minuto a minuto, segundo a segundo.

   Conforme nos acercamos a la vejez, es cuando se toma más conciencia de que el reloj puede parar en cualquier momento, que ya se va cuesta abajo, y solo pensamos en, o bien que nuestro reloj no pare, o bien en que cuando pare fastidiemos lo menos posible a aquellos que nos rodean, pensamos en tener miedo de la muerte, cuando ésta, en el fondo, es otra etapa más en nuestra vida, en nuestra existencia.

   Yo empecé a tener conciencia de la finitud de la vida a los veinte años, cuando uno de mis mejores amigos se murió, después de un mes de estar en coma. Cuando ves que tus coetáneos se van, que ya se acabó su paso por el mundo, y tú te quedas aquí viendo como desaparece esa persona con las que has disfrutado grandes momentos de amistad, compartiendo momentos felices, también momentos tristes, borracheras, amores, drogas,…, que ya no vas a volver a poder disfrutar, que ya no vas a volver a vivir, ese momento es aquel en que debes aceptar la finitud de la vida. Tempus fugit, el tiempo huye, el tiempo se escapa, el tiempo vuela, el tiempo trascurre inexorablemente, sin que tú puedas hacer nada. No puedes parar el tiempo.

   Carpe diem, quam mínimum credula postero

  Aprovecha el día, no confíes en el mañana…

   Pero debemos intentar disfrutar del presente. No sabemos lo que ocurrirá mañana. Hoy estamos aquí. Mañana, Dios (o quién sea que gobierna nuestro destino) dirá. No podemos hacer planes de futuro, porque nuestra vida es efímera. Por tanto, debemos disfrutar de ese día, de ese momento que el tiempo, la vida nos ofrece.

   El reconocimiento de la finitud de la vida nos debe hacer pensar en la oportunidad del presente. ¿Qué es lo que debemos valorar en nuestra vida para priorizarlo ante todo? 

   El tiempo es exiguo, se escapa, tempus fugit, por tanto, debemos aprovechar el momento. 

   A pesar de todo lo que he odiado en mi vida los libros de autoayuda, este post, que viene en la línea del anterior post, Game over, viene a destacar lo positivo de la vida, que debemos hacer para disfrutar y para que nuestra huella no se borre. No pretende ser este un artículo de autoayuda, pero sí creo que hay que aprovechar el momento, tampoco se trata de buscar grandes placeres ni grandes dispendios, sino que aprovechar el día pueden ser multitud de pequeños placeres con los que completar nuestra existencia y dotarla de un sentido: un amigo, una pareja, un paisaje, un paseo, un viaje, un vaso de vino, una buena conversación con alguien querido, una canción, un beso, una caricia, un libro, una película, respirar aire puro, siendo un poco más animal, un buen polvo…, no hace falta pensar en grandes cosas, que normalmente nos suele inspirar esta vorágine de sociedad en la que nos encontramos inmersos, que sólo ve en el capital y en el consumo el éxito y los placeres, que sólo ve en nosotros números y pasta, mucha pasta para consumir y gastar, y llenar sus sacos sin fondo de dinero y dinero, pensando solo en lo material,  cuando para ser feliz solo hacen falta pequeños placeres, y ganas de vivirlos.

   La vida nos ha dado una oportunidad, la oportunidad de vivirla. Muchas veces nos instalamos (yo me incluyo) en la monotonía, la rutina, la cotidianeidad,…, vamos siguiendo el ritmo marcado y pautado por otros, cuando en realidad somos nosotros mismos que debemos rebelarnos contra esa pulsión de inmovilidad e inmovilismo, e intentar disfrutar del momento, siempre en la medida que cada uno tenga. El disfrutar no es una imposición sino algo que debe salir, que debe brotar de dentro de cada uno. A veces nos creamos una coraza que nos impide salir, que nos impide disfrutar, que nos impide ser nosotros mismos. Romper esa coraza, ese duro caparazón, es nuestra meta, y pensar que el tiempo se escapa, que el tiempo huye, y que el mañana es incierto, que el mañana puede no llegar…


(En recuerdo de todos aquellos que, a lo largo de mi vida, han ido desapareciendo y que, por razones obvias, no han podido disfrutar de la vida. En recuerdo de Jorge Saavedra)



lunes, 2 de marzo de 2015

Game over



   Siempre son los demás los que se mueren…






   Es, este que voy a empezar, el artículo más existencialista de los que he escrito.

   En el mes de junio va a hacer tres años que empecé a escribir en este blog. Le puse este nombre, Camins a la sorra, aunque en realidad el primer proyecto de blog que iba a poner en marcha se llamaba “El llapis digital” (el lápiz digital), con, más o menos, el mismo formato del actual, pero un hecho hizo que cambiara el nombre del blog: a finales del mes de junio, el compañero de Universidad y gran persona (os lo aseguro) y meteorólogo de TV3 Toni Nadal falleció. Este hecho, que tocó a un amigo y, sobre todo, de mi edad, me impactó tanto que decidí cambiar el nombre del blog al actual “Camins a la sorra” (caminos en la arena). 

   Tal como digo en el perfil del blog, la vida es como hacer un camino en la arena. El viento, a veces duro, puede borrar tu huella. Pero hacer algo contra este viento de la vida, la rebelión contra el viento del olvido, ése que borra tu huella en la arena, es nuestro cometido, y puede hacer que nuestra huella permanezca en el tiempo.

   La frase con la que he empezado este post, “siempre son los demás los que se mueren…”, es una frase que leí escrita en una pared.

   Siempre son los demás los que se mueren. Esta frase me hizo recordar una famosa intervención del sabio más televisivo de nuestro país, Eduard Punset, en la que dijo que él creía que no se iba a morir nunca, que había gente en su alrededor que se moría, y él no podía asegurar que hay vida después de la muerte, porque nadie había vuelto para explicárselo (el Convidat, TV3, 27.09.2010). Sus reflexiones sobre la vida y la muerte son muy interesantes. He buscado un post que Punset insertó en su blog, que voy a intentar resumir a continuación (Muerte, sexo y bacterias. Eduard Punset. 02.08.2006).

   Punset dice que cuando se le pregunta si hay algo después de la muerte, cuando se le comenta que no es posible que todo termine después de la muerte, el hecho de que la vida no haya servido para nada, él se plantea la siguiente cuestión: ¿cuándo uno se muere, qué es lo que se muere?

   A lo que Punset responde que “los átomos de los que estamos hechos son, prácticamente, eternos y sólo las células somáticas realmente se mueren. Las germinales, responsables de la perpetuación de la especie, son inmortales”. Pero él plantea que, a veces, sus interlocutores no se acaban de confortar con su respuesta, porque “superar el mundo de la clonación para acceder al de la individualidad supone aceptar la finitud y la muerte. Una bacteria que se repite a sí misma no muere nunca. En cambio, un individuo único e irrepetible, por propia definición, no se da dos veces. Tal vez porque han sido protagonistas de los dos universos, sucesivamente, los humanos siguen sin estar del todo reconciliados con la idea de que la creatividad individual y el poder de cruzar fronteras desconocidas, tenga que ir aparejado con la muerte”.

   Antes de los días de paréntesis navideño, falleció un niño conocido de una amiga, como tantos muchos. Si bien siempre es dolorosa para el que queda la muerte, cuando sucede la muerte de un niño es mucho más doliente. ¿Qué sentido, se piensa, tiene la vida, si un niño, que aún no la ha vivido, no ha tenido tiempo ni de disfrutarla ni de sufrirla?

   El sentido de la vida es una pregunta recurrente que nos hacemos. Alfa y Omega, principio y fin. ¿Principio de qué y fin de qué? Por si aún dudabais sobre que va este post, pues sin duda es sobre el sentido de la vida y la muerte, el sentido de la existencia.

   Volviendo a Punset, dice que no puede asegurar que después de la muerte haya vida, porque nadie ha vuelto para explicárselo. Lo que sí parece claro que es que lo que si muere es nuestro cuerpo físico, las células somáticas. Muere lo real, pero ¿permanece lo inmanente?

   La existencia es algo sobre lo que no tenemos respuesta. Os preguntaréis porque he mencionado el origen del nombre del blog, porque he mencionado a Eduard Punset y porque este post se llama Game over.

   Pensaréis que este post es una enorme paja mental del que lo está escribiendo. Uno muchas veces se plantea el sentido de la existencia, el porqué de por qué estamos aquí.

   Os parecerá eso, una enorme paja mental, pero una vez tuve una pesadilla. Soñé que me estaba muriendo, vi pasar toda mi vida por mi mente, y de pronto se apagaba la pantalla de mis ojos, y aparecía un Game over, y se acabó el juego, y sin posibilidad de reiniciar como en muchos de esos videojuegos o aquellas máquinas que en mis tiempos jóvenes cuando se terminaba el juego, te advertía que si metías más monedas, Insert coin, podías continuar jugando. En la vida no hay Credit, ni Insert coin.

   A veces veo a los niños jugar a juegos en las Tablet o en las PlayStation o en el ordenador, que son realmente como la vida misma. Muchas veces pienso que es eso, la vida es como un videojuego, donde alguien con un mouse, o un joystick, o con unos mandos, está jugando con nosotros, nos maneja, se plantean roles, ocurren sucesos que son un “danger” para ti y que se tienen que ir sorteando, las diferentes etapas de la vida son como superar las diversas pantallas del juego, y si quieres seguir en el juego, se trata de ir superando pantallas, y cuando ya no las puedes superar, te van quitando vidas hasta llegar al Game over. El fin. ¿Quién es quién dirige nuestras vidas con el mouse, el joystick o los mandos, que cuando le conviene nos hace vivir y cuando le conviene nos hace morir? ¿Quién gestiona el alfa y el omega de nuestra vida? ¿Quién nos maneja a su gusto y placer? 

   Es complicado hablar sobre el sentido de la existencia, es complicado hablar de ese sujeto inmanente que nos crea y nos elimina. No sé si existe Dios, pero lo que si es cierto es que algo o alguien nos maneja a su antojo y nos gobierna desde allá donde sea, no sé cómo llamarlo.

   La religión nos intenta dar respuestas, pero no deja de ser la que intenta imponer las reglas de este juego, de este juego que es la vida…

   La vida es un juego, nosotros unas marionetas al antojo de alguien, y en el juego, en manos de algunos, que van moviendo las teclas de la vida, de nuestras vidas, y cuando quieren, mueven las teclas de nuestra existencia y nos llevan al fin, a nuestro Game over particular.

   Pero es aquello que nos conforma como individuos, aquello que nos hace únicos e irrepetibles, como dice Punset, aquello que nos hace creativos, lo que nos hace perdurar. Como dice Punset, nos hace finitos y nos hace admitir la muerte, pero nuestra huella, nuestra estela, aquello que nos hace únicos, es lo que permanece en el tiempo, aquello por lo que podemos ser recordados. El juego puede que se termine para ti, pero tu huella, tu estela, permanece, y sólo el viento del olvido puede borrar tu huella. Game over es sólo un punto en el recorrido, pero aquello que nos hace inmortales, aquello que permanece más allá del omega, de la muerte, del Game over, es lo que hayamos podido hacer en esta vida, aquellos por lo que podamos ser recordados, aunque en el fondo sea un producto más del juego…

   Y es por eso que tiene sentido la vida, sea más corta o más larga, sea más fecunda o menos fecunda,…, pero todos creamos una huella, una estela, de la que debemos rechazar el viento del olvido, que sea más que un mero juego, que no sea una anécdota…, que permanezcamos en la mente de aquellos que permanezcan en el juego de la vida, que no se nos olvide.

   Es por eso, que tiene sentido también el motivo de este blog, que tienen sentido las personas como Eduard Punset, que nos ilumina con su ciencia y su saber, y que tiene sentido la vida de todos nosotros, seamos como seamos, y tiene sentido el juego de la vida, con su inicio y, aunque nos duela, nuestro Game over…