martes, 2 de abril de 2013

El Geonauta: Memoria bajo el agua: el desastre de Vajont


Siguiendo con las historias de memoria bajo el agua, que iniciamos con la historia de Mequinenza, siguiendo el rastro del relato de Jesús Moncada y su Camí de Sirga, vamos a relatar una historia no menos real que la del pueblo aragonés bajo las aguas, y que sucede en la Italia de los años 60 del pasado siglo XX. Es el denominado desastre de Vajont, que también ha sido objeto de novelas y películas alrededor de este tema.
El valle de Vajont está situado en el extremo nordeste de Italia, en la región de Friuli-Venezia-Giulia, cerca del límite con la región del Véneto, en la zona de los Alpes Cárnicos y en la cuenca del Piave.
En los años 50, se proyecta la presa (la diga en italiano) de Vajont, situando un embalse en el idílico valle de Erto, cuyas aguas debían inundar una serie de pequeños pueblos y aldeas, como la misma población de Erto, entre otros. El embalse, proyectado por la Società Adriatica di Eletticità di Venezia (actual ENEL), tenía una importante capacidad, más de 150 hectómetros cúbicos de agua, y se inició su construcción en 1957 y se finalizó en 1959 con la presa más alta de su tiempo, más de 250 metros de altura. A pesar de los múltiples avisos de los geólogos sobre la naturaleza inestable de las laderas circundantes del embalse, la presa se sigue construyendo, probablemente por los réditos que algún politicastro de la época debía sacar con la construcción (réditos electorales o réditos económicos). El caso es que, a pesar de los múltiples avisos de los técnicos y geólogos, y los que la propia naturaleza realizó, pues entre 1959, año en que finalizaron las obras de la "diga", hasta 1963, año de la tragedia, que después narraremos, se produjeron grietas, deslizamientos y movimientos sísmicos, que desaconsejaban la construcción del embalse, sobre todo, ante la evidencia de que en uno de los montes que ladea el embalse, el monte Toc, se podía producir un deslizamiento en masa de tierras lo suficientemente importante, como para que se pudiera producir un fenómeno que derivara en una tragedia, como la que sucedió la noche del 9 de octubre de 1963.
En esa fecha, se produce un deslizamiento en masa de tierras de más de 250 millones de metros cúbicos, que se desplazan sobre la superficie acuática del embalse, produciendo una ola de altura considerable, equiparable a un tsunami, que arrasa, por un lado, todos los pueblos ribereños del embalse y que ocasiona unos 150 fallecidos, y por otra, cuando la ola supera la barrera de la presa, cae sobre los pueblos que quedan por debajo de la presa, en el valle del Piave, y los arrasa y los borra casi en su totalidad, sobre todo, Longarone, de donde sólo queda en pie una pequeñísima parte del pueblo. Fallecen más de 2000 personas. Se producen centenares de heridos. La ola resultante arrastró todo lo que se encontró a su paso por el río Piave hasta encontrar cadáveres en el mar y sobre los árboles del curso del río.

mapa y diagrama de la tragedia de Vajont

 

Evitar la tragedia. Este hecho, como otros del mismo tipo, hace que debamos reflexionar sobre la utilidad de determinadas obras, pero sobre todo sobre la idoneidad de su emplazamiento. Si se quiere construir un embalse se debe estudiar, hacer un análisis riguroso de los riesgos posibles que pueda tener una obra de este calibre. Probablemente, si se hubiera hecho caso de técnicos, geólogos e incluso periodistas que advertían sobre la posibilidad de deslizamiento de tierras, se hubiera podido evitar la tragedia. Entonces no eran tan comunes como ahora los estudios de impacto ambiental, en los cuales se estudian todos los tipos de impacto de la obra sobre el paisaje y el medio en el que ésta se realiza. Probablemente un buen estudio de impacto hubiera desaconsejado la construcción. Un buen análisis de ingeniería, geología, de movimientos en masa y estabilidad de taludes, de los procesos erosivos y de las redes de drenaje. Esto, sin duda, hubiera evitado en mayor medida la crisis. Pero las prisas y los réditos políticos y económicos a veces son la causa de desgracias. Ésta fue una de ellas.
Esto es de interés general, porque la construcción de embalses para la generación de energía hidroeléctrica o para embalsar aguas para redes de regadío, aún es muy importante. En España, durante el siglo pasado, se construyeron grandes embalses con estos fines. Aquí no ha sucedido nada similar. Pero creo recordar que se descartó algún embalse por riesgos técnicos, como por ejemplo, uno que se proyectaba en el valle del río Ésera, cerca de la oscense población de Santaliestra, donde la presión popular y de los informes técnicos evitó su construcción. El recrecimiento del embalse de Yesa parece ser que también contiene algunos riesgos geológicos que lo desaconsejan. Desde luego, se debe tener muy en cuenta todo lo que envuelve a un embalse, antes de su construcción. El agua y su fuerza debe aprovecharse, pero siempre que las circunstancias lo aconsejen.


El film Vajont. Desastre mortal, del año 2001, y otro film más antiguo, que no he recuperado su título, además de los libros de Mauro Corona, un escritor, alpinista, entre otras cosas, del valle de Erto, como Fantasmas de Piedra, entre otros, tratan sobre la tragedia de Vajont.
 


como se vivió la tragedia en Italia
 
 
imagen actual de la presa de Vajont



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