Hoy, en
nuestro capítulo habitual de recomendaciones literarias, empezaremos una serie
que dedicaremos a la novela negra y policíaca. Y la empezaremos con uno de los
actuales valores de este género, el griego, de origen armenio, Petros Márkaris,
creador del comisario Kostas Jaritos, que protagoniza las más que azarosas
historias de las calles griegas, a las que añade, en numerosas ocasiones,
pinceladas de ironía y de crítica de la actual situación social en el país
heleno, historias de investigaciones policíacas.
De hecho,
leyendo Balkan Blues, el conjunto de pequeños relatos que os recomiendo a
continuación, uno puede proyectar una mirada sobre lo que está sucediendo
actualmente en Grecia, las consecuencias de la crisis, el auge del racismo y de
la extrema derecha, y de la miseria y de las miserias de nuestra sociedad
occidental.
Una pequeña
nota sobre el autor, antes de hacer una pequeña reseña sobre Balkan Blues.
Petros Márkaris, autor griego de origen armenio (de padre de esta nacionalidad
y madre griega), nació en Estambul en 1937, es escritor, traductor
especializado en Bertold Brecht (de hecho, el alemán es uno de sus idiomas), es
también autor de guiones para la televisión y el cine, habiendo colaborado con
el director griego Theo Angelopoulos. Pero su fama llegó con las novelas del
género negro protagonizadas por el comisario Kostas Jaritos, que, de hecho, es
también protagonista de alguno de los relatos de Balkan Blues.
Balkan
Blues, que en su primera edición tuvo otro nombre, es una serie de pequeños
relatos, la mayoría de los cuales tuvieron su origen en su publicación en el
diario griego Tá Neá. Los relatos son: Ingleses,
franceses, portugueses,…, una novela corta, protagonizada por Kostas
Jaritos, y los relatos De refilón, La emancipación de Tatiana, Café batido, Suite para flauta y violín, Sin
decorados, Carta verde, Sonia y Varia y Un cuento infantil.
El primero
de los relatos, que se podría calificar de novela corta, Ingleses, franceses, portugueses,…, está estructurado como tal,
como un pequeño relato de formato novelesco con cuatro capítulos, Noche primera: Francia 0 – Grecia 1, Noche
segunda: Grecia 1 – Chequia 0, Noche tercera: Portugal 0 – Grecia 1, Noche
cuarta: la recepción y un epílogo Vuelta
a la rutina. En el marco de las celebraciones de las victorias del equipo
griego de fútbol en la Eurocopa, y ante los preparativos de los Juegos
Olímpicos de Atenas de 2004, el comisario Jaritos debe investigar la muerte de
tres árabes en extrañas circunstancias en las inmediaciones de las instalaciones
deportivas. Un relato de cierta crítica a la paranoia antiterrorista de la CIA
y los Estados Unidos, y una mirada a la falsa realidad de prosperidad que dio
la cita olímpica, la burbuja urbanística, y a los efectos que la inmigración
masiva que ello produjo en la no muy abierta sociedad griega.
De refilón es un duro relato sobre la crueldad
y las vejaciones a las que se ven sometidos los inmigrantes en el país heleno
para conseguir un trabajo. La
emancipación de Tatiana trata sobre la extorsión de la mafia rusa sobre un
restaurador ruso de origen griego. Café
batido es un relato sobre el encargo de un asesinato a un novato matón. Suite para flauta y violín trata sobre
las dificultades de los inmigrantes balcánicos, sobre todo los albaneses, y de
la vida en las calles de Atenas para unos músicos de calle. Sin decorados es el relato de un
cocinero que muere a manos de su pinche tras sentirse engañado, tras ganar una
quiniela. Carta verde también relata
las dificultades de la mendicidad en las calles atenienses para los inmigrantes
balcánicos. Sonia y Varia trata sobre
la situación de las prostitutas de origen ruso y balcánico y a las vejaciones a
las que se ven sometidas. Y, por último, Cuento
infantil, empieza siendo un relato que parece inofensivo, de la curiosa
amistad de una niña negrita de origen africano con un anciano que se encuentran
a diario en un parque, pero con un abrupto final.
Son una
serie de duros relatos, que reflejan la crueldad, la violencia y las vejaciones
que viven los inmigrantes que llegan a Grecia, y que son tratados en muchos
casos como animales, especialmente los albaneses y los de origen árabe, a los
que hay que añadir a los de origen balcánico, que vienen de una zona asolada
por la guerra y la miseria, fiel reflejo de la más absoluta realidad: de la
Grecia “próspera” de los Juegos del 2004 y del engaño de sus políticos se ha
pasado a una sociedad en crisis y decadencia, que hace pagar en los inmigrantes
sus miserias y su egoísmo, y les cargan las culpas de todo lo que ocurre, como
si fueran los causantes de su situación. Su frustración se la cargan estos
inmigrantes, y su imagen es el auge de las organizaciones extremistas, como
Aurora Dorada, organización neonazi, que, por un lado se muestra como una
cofradía de buena voluntad con sus compatriotas y por el otro combate
fieramente a los inmigrantes, propinando palizas y señalándolos como la causa
de la crisis. Un verdadero ejemplo de la crisis de nuestros valores
occidentales. No dejéis de leer Balkan Blues.
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